El Gobierno prometió que el esquema de comercialización del cereal terminaría con la discrecionalidad presente en el mercado. Pero a más de un mes de haberse creado, los exportadores siguen aplicando grandes descuentos a los productores. Además, los controles de Moreno a las exportaciones siguen vigentes.
El Gobierno nacional y Agricultores Federados Argentinos (AFA) presentaron a fines del año pasado un novedoso esquema de comercialización de trigo que prometía terminar con la discrecionalidad del mercado causada por la intervención oficial.
Sin embargo, a más de un mes de la puesta en marcha del nuevo sistema -aprobado por el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno- el mercado local aún no mostró ningún signo de restablecimiento en lo que hace a la comercialización del cereal.
En diálogo con La Política Online, el analista de mercados Javier Buján fue terminante: “El nuevo sistema no va cambiar nada porque se trata de un pacto acordado con la demanda en donde no está representada ninguna de las entidades rurales ni los acopios”.
“Es cierto que en las últimas semanas el mercado mejoró en algunas condiciones, pero la diferencia hoy es que, si antes había un diferencial de 50 o 60 dólares entre lo que se pagaba y la capacidad teórica, hoy la diferencia es de 30 o 40 dólares”, apuntó Buján.
En otras palabras, lo que explica el especialista es que los ganadores del sistema diseñado por el Gobierno siguen siendo las multinacionales y la molinería a partir de los descuentos que aplican a los productores por el riesgo comercial vigente en el mercado.
Es decir, los productores de trigo no solamente siguen afrontando el derecho de exportación nominal del 23 por ciento que aplica el Estado, sino que también continúan pagando la “retención privada” que disponen estos dos grandes jugadores.
Y la muestra de este desajuste queda develada en el mercado. En la zona de Rosario por el trigo, la exportación viene ofreciendo alrededor de 150 dólares por tonelada con entrega en mayo/junio, cuando su capacidad teórica de pago ronda los 180 dólares.
“Hoy por hoy no hay compradores, sino sólo algunos que pretenden comprar a futuro (a 90 días) porque esto permite no pagar el precio pleno a los productores que establece el Ministerio de Agricultura”, señaló Buján.
“Toda esta situación lo único que produce es seguir dilatando la libertad de mercado, que es lo que todos queremos. El Gobierno debe tomar nota de lo que está pasando”, agregó el titular de la consultora de granos Kimei Cereales.
Moreno recargado
Por su parte, esta semana se conoció que, en el marco del nuevo sistema de venta de trigo, Moreno dispuso la liberación de 2 millones de toneladas para la exportación en una reunión que mantuvo con el ministro Norberto Yauhar y su segundo Oscar Solís.
Al respecto, Raúl Mestre, directivo de la Asociación Argentina de Productores de Trigo (Aaprotrigo), dijo que “hasta que no aparezcan con fluidez en tiempo y forma los permisos de exportación, la medida no tendrá impacto alguno”.
“Hasta que no se libere totalmente el mercado para que compitan los molinos y las multinacionales, los únicos perjudicados de la intervención kirchnerista seguirán siendo los pequeños y medianos productores que dicen defender”, disparó Maestre.
En tanto, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), durante la presente campaña 2011/12 se cosecharon en todo el país 14 millones de toneladas, una cifra 11,3 por ciento inferior a la registrada el año pasado.
El tema es que las 14 millones de toneladas producidas sigue siendo un número muy superior a lo que consume el mercado local (alrededor de 6,5 millones), por lo que muchos eslabones de la cadena aún siguen objetando el control de exportaciones.
“El Gobierno debe entender de una buena vez que en la mesa de los argentinos jamás ha faltado trigo y que si libera las exportaciones todos vamos a salir ganando”, concluyó el representante de los productores.
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