Oscar Elizondo es ayudante técnico de Al Alhi, uno de los equipos que hoy protagonizó la tragedia en un estadio de fútbol de Egipto. «Hay mucho odio contenido, se tenía que haber postergado», afirmó el entrenador en diálogo con Radio 10
Elizondo brindó su dramático testimonio tras lograr salir ileso de la batalla campal que dejó el trágico saldo de al menos 70 muertos y cientos de heridos. El argentino lamentó las deficiencias en la organización y la falta de previsión de las autoridades pese a que «todo indicaba que esto podía pasar».
«Hay muchísima rivalidad con el otro equipo (Al-Masri), además hay un tema político de por medio, estamos en la post revolución. Hay mucho odio y toda la semana se habló de esto», precisó Elizondo, que fue rescatado por las autoridades.
El argentino, que se desempeña como ayudante técnico del Al Alhi, lamentó que «había 3 mil policías, pero no hicieron nada para contener a la gente» y consideró que «nadie movió un dedo para suspender el partido en la semana».
«Nos evacuaron en camiones blindados que son seguros como tanques de guerra, hubo mucho descontrol, una histeria colectiva, algo así como un ‘sálvese quien pueda'», contó Elizondo.
Licenciado en Educación Física y entrenador nacional de fútbol, este cordobés conocido como Dady, que hace más de 30 años se radicó en Cádiz con su mujer y ahora vive en Egipto, filma los entrenamientos y los partidos, procesa los datos con una computadora y elabora así los informes sobre el rendimiento tanto individual como colectivo de los jugadores.
Este método es el que Dady presentó al portugués Manuel José de Jesús, técnico de Angola, quien rápidamente lo contrató, y tras la Copa África 2010, donde realizaron un gran trabajo, pasaron al seleccionado de Arabia Saudita.
En enero de este año, Manuel José fue convocado para trabajar en Al Alhy, “el Boca de Argentina”, según Elizondo, y ambos se trasladaron a El Cairo.
Su llegada coincidió con la revolución contra Hosni Mubarak: “Al comienzo fue un acto pacífico, la gente manifestándose en las calles de manera espontánea en defensa de su país. Ya cuando Mubarak decidió sacar a la policía de las calles y largar a los 25 mil presos de las cárceles, se generó un clima tenso. La inseguridad hizo que se vivieran momentos duros en todo el país. En los hoteles, nos ordenaban subir a nuestros cuartos y no salir. Se cortaron las comunicaciones telefónicas e internet. Nos vinieron a buscar y salimos en avión porque la situación era difícil. Fue una experiencia distinta, una revolución no se vive todos los días”, según declaraciones que realizó a El Gráfico, en mayo último.
Incluso aseguró: “Me paran por la ciudad, me piden autógrafos, son muy afectuosos. El egipcio vive el fútbol con mucha pasión. Va a la cancha con bengalas, banderas, alientan y cantan como en la Argentina o Brasil”.
infobae.com