Los militares enviados por Rousseff, para contener la huelga de agentes, lanzaron bombas lacrimógenas en las puertas del Congreso, donde 4 mil personas, entre policías y familiares, están atrincheradas. Hay 91 muertos en seis días.
En medio de una gran tensión, 600 militares preparan el desalojo de la Asamblea Legislativa en San Salvador, capital de ese estado brasileño. La huelga de uniformados dejó 91 muertos.
Tras la decisión judicial, una fuerza de élite ultima detalles del procedimiento con el que intentará liberar el edificio de la Asamblea Legislativa del estado de Bahía, ocupado por decenas de policías en huelga desde hace cinco días. «Son 40 hombres que llegaron para capturar a los huelguistas», indicó la gobernación. Los militares están encapuchados, armados con fusiles, ametralladoras y bombas de gas. Más tarde se sumaron unos 600 soldados rasos para tareas de apoyo.
El líder de los huelguistas, Marcos Prisco, dijo que la decisión de los policías es «resistir» dentro del edificio, y advirtió que una ocupación podría terminar en «catástrofe». Según el dirigente, en la Asamblea hay unas 4 mil personas, porque los policías están con sus familiares, incluídos niños».
El Gobierno de Dilma Rousseff ya había desplegado2.600 efectivos del Ejército, la Marina y la Fuerza Nacional de Seguridad para retomar el control de Bahía (nordeste), que vive una ola de violencia causada por la huelga policial.
El presidente de la Asamblea Legislativa estatal, Marcelo Nilo, pidió a los manifestantes que desocuparan la sede antes de la medianoche del domingo, después de que la justicia declarara ilegal la protesta y expidiera 12 órdenes de captura contra sus dirigentes, uno de los cuales ya fue detenido. «La Asamblea no puede ser usada como refugio para prófugos de la justicia», dijo en una declaración divulgada por la gobernación de Bahía.
A raíz de la ocupación, «la Asamblea está funcionando de forma precaria. Hay hombres armados por los corredores y por las rampas», explicó Nilo.
«Son decenas de policías armados que piden una amnistía y que ocuparon una parte del Congreso en Salvador desde el miércoles, cuando iniciaron una huelga» para pedir mejoras salariales, dijo a la agenda AFP Robinson Almeida, vocero de la secretaría de Gobierno de Bahía, el cuarto estado más poblado de Brasil.
«El gobierno sabe que el 99% de nosotros está armado. Si intentaran un desalojo, habría un baño de sangre», dijo uno de los policías al diario Folha de Sao Paulo sin revelar su identidad.
La huelga de los uniformados -que según la Secretaría de Seguridad Pública de Bahía involucra a un tercio de los 31.000 policías- duplicó el número de homicidios y levantó una ola de saqueos y asaltos a dos semanas del inicio del carnaval, que atrae a millones de turistas a este estado.
En cinco días de paralización se han cometido 81 asesinatos, la mayoría en la capital, Salvador, y sus alrededores, según un balance difundido este domingo por la Secretaría de Seguridad Pública.
El sábado el gobernador de Bahía, Jaques Wagner, rechazó el pedido de amnistía y atribuyó a los uniformados en huelga la ola de violencia.
Además del indulto, los policías militares en huelga exigen un aumento salarial del 50% y mejores condiciones laborales.
Fuente: AFP