En el polémico final del primer set, que perdió ante Thomas Berdych en tie break, el español se despachó contra el brasileño Bernardes. «No aciertas una, Carlos».
El partido de cuartos de final del Abierto de Australia entre Rafael Nadal y el checo Thomas Berdych fue de lo mejor que se ha visto hasta el momento en el primer Grand Slam de 2012.
Las cosas no empezaron bien para Nadal, atacado con fuertes tiros de derecha de su rival, aunque le opuso resistencia una y otra vez hasta lograr llegar a un tie break que mantuvo la tónica de lo visto hasta ese momento: paridad y buen juego.
Sin embargo, en un punto clave que le permitió al checo ponerse set point, el juez de línea y el principal cometieron un error. El primero no cantó el «¡Out!» correspondiente a una pelota de Berdych que se fue apenas larga. Y el segundo tampoco ejerció su autoridad para dar la pelota por mala. ¿No la vio o no quiso hacerlo esperando que Nadal reclame?
En el juego, Nadal respondió con un tiro que dejó el punto servido para el checo, y éste definió para quedar set point. Pero casi al mismo tiempo que Berdych daba el golpe de gracia al punto, Rafa intentó interrumpir el punto para pedir el «ojo de halcón», sospechando que la bola anterior había salido.
Tenía razón, pero Carlos Bernardes, uno de los árbitros más respetados -y hasta queridos- del circuito ATP, fue inflexible. Primero, no admitió haber visto que la pelota de Berdych haya sido larga. Y luego, responsabilizó a Nadal de haber pedido el official review cuando se dio cuenta de que su golpe le dejaba campo abierto a Berdych para definir el crucial punto.
La discusión, como suele suceder en estos casos, fue áspera.
– Tú tienes que parar, por favor, tienes que parar ahí -le dice Bernardes cuando Nadal se acerca a la silla a discutir la situación.
– Lo se. Pero me he quedado parado, he mirado al línea. Pensaba que el línea había cantado «out» -argumenta Nadal, aun con una pelota en la mano.
– Sí, pero tu te mueves para otra parte…
– ¡Ha sido una acto reflejo!
– No. Tú tienes que hacer como has hecho el primero, que has parado, y se corta el punto…
– Te digo una cosa Carlos -interrumpe Nadal perdiendo la paciencia en su momento de mayor frustración en el juego-, no aciertas una, no haces ningún over rule correcto…
– Si, si… siempre así
– …ningún over rule correcto.
Nadal cierra la disputa yéndose a recibir el saque de Berdych que derivará en la definición del set a favor del checo, pero no deja de pensar en lo sucedido.
Lo que subyace a la disputa y a la protesta de Nadal sobre la decisión de Bernardes de no ejercer su derecho de over rule es que el árbitro brasileño -que más de una vez se manifestó en contra del ojo de halcón antes de que se implementara- parece tomar la actitud que los jugadores ven en muchos umpires del circuito: existiendo el ojo de halcón, que la responsabilidad de pasarle por encima al juez de línea la tomen los propios jugadores arriesgando un challenge.
Básicamente, los acusan de dedicarse a hacer tareas «administrativas». Por eso, Nadal continúa la discusión al volver a la silla:
– Tú no estás aquí de espectador y esta bola ha sido mala -le dice el español, ya en franco ataque tras perder el set.
– Yo no lo sé.
– Tú no lo sabes… ¿Y aquella? La anterior que tampoco la has hecho, que la he tenido que parar, ¿qué pasa? Que estás de espectador, Carlos.
– Pero tú sabes el procedimiento, tú sabes el procedimiento… – Bernardes ensaya una defensa, siempre con el reglamento en la mano, pero Nadal ataca de nuevo.
– ¿Tu procedimiento cuál es? ¿Mirar el partido? ¿Te está gustando el partido?
Nadal sentencia la discusión con una media vuelta y se va a sentar. Pero la polémica, muy similar a la que David Nalbandian sostuvo con el juez en la definición de su juego contra John Isner -de la que salió claramente perjudicado- se ha planteado otra vez muy fuerte en el Abierto de Australia.
¿Quién dirige los juegos? ¿El ojo de halcón o los árbitros?
Fuente: Infobae