Pablo Mancini, especialista en medios digitales, dijo a La Política Online que el proyecto de ley Stop Online Piracy Act (SOPA) pone “todo en riesgo”. Además aseguró que “como Publisher, nadie tiene ningún tipo de garantía” y agregó que “hay sitios que podrían ser ubicados en una lista negra”.
En los últimos días, la batalla sobre una legislación que combate la piratería en Internet enfrentó a la industria de Hollywood y la televisión contra un ejército de aficionados a la tecnología y usuarios de los servicios digitales más populares.
El miércoles, grandes sitios de Internet adhirieron a la protesta contra los proyectos de ley, Stop Online Piracy Act (SOPA) y Proctect IP Act (PIPA), en rechazo de distintas medidas en contra de «la censura» en la red de redes.
Pero más allá del debate por la propiedad intelectual, ¿Podrían tener injerencia estas leyes sobre la actividad periodística? “En principio tendríamos que acotarnos al proyecto de ley SOPA”, explica a La Política Online, Pablo Mancini, autor del libro Hackear el Periodismo (La Crujía).
Según Mancini, “lo que propone el proyecto es que cualquier persona u organización mediante trámite administrativo y no mediante denuncia judicial puede considerarse perjudicado por alguna publicación, concretamente un enlace que un medio haya publicado”.
El periodista asegura que, “vía trámite administrativo, se puede gestionar que un sitio web quede inaccesible. No se controlarán los servidores de un sitio web, pero probablemente se pueda controlar qué consume la gente y ese sitio podría ser ubicado en una lista negra”.
Consultado sobre la tensión que existe en Argentina entre política y medios de comunicación, el especialista en medios digitales aseguró que proyectos como el de “la ley SOPA inspiran a muchos”.
El objetivo de la polémica legislación es detener a los sitios web domiciliados fuera de Estados Unidos que venden películas, música y otros productos pirateados. Los proyectos de ley SOPA y PIPA le permitirían al Departamento de Justicia solicitar una orden judicial que exija a los proveedores de Internet de Estados Unidos bloquear el acceso a tales sitios.
Mancini sostiene que esta ley “es lógica de una industria que se está muriendo. Ahora, cuando se piensa que ese mismo criterio no está acotado a música, películas u obras literarias. Vemos que está todo en riesgo”.
En particular destaca esta idea de accionar vía trámite administrativo y no a través de una vía judicial. “Como Publisher no tenés ningún tipo de garantía”, explica.
Wikipedia, la enciclopedia online más importante del mundo, con 25 millones de visitas diarias, suspendió el miércoles su servicio en inglés por 24 horas. Google publicó un comunicado en su sitio en inglés para advertir sobre los riesgos de ambos proyectos, y en Estados Unidos el famoso doodle (enabezado) del sitio apareció con una mordaza de censura.
Cuevana, el sitio argentino más popular para ver películas, «apagó» su sistema también en adhesión a la «medida de fuerza». En Facebook y Twitter, los usuarios no dejaron de quejarse por la discusión de los proyectos de ley en el Congreso norteamericano.
La lista de quienes tomaron alguna medida alcanzó a unos 100 sitios. Algunos de ellos: Boing Boing, Cuevana, Destructoid, Electronic Frontier Foundation, Flickr, Google, Greenpeace, I can haz Cheezburger, Identi.ca, Imgur, Minecraft, Mozilla, OpenSUSE, Reddit, Taringa!, TwitPic, Wired y WordPress.
Hoy el sitio de descarga directa Megaupload.com fue dado de baja tras una investigación iniciada por el FBI, que acusa a la compañía de promover la piratería al compartir material sin autorización en su plataforma.
A pesar de la cercanía con las protestas contra las normas SOPA y PIPA, que justamente impulsa este tipo de medidas ante webs presuntamente ilegales, las autoridades federales dijeron que no hay relación alguna con el tratamiento de los proyectos de ley.
“Es evidente que esto es una respuesta, un mensaje. Son medidas ejemplificatorias”, dice Mancini. Sin embargo, el especialista en medios digitales sostiene que “la capacidad de autoreparación que tiene Internet es impresionante. Cerrás un sitio y aparecen 25 a las pocas horas”.
El principal sustento de quienes están a favor de los proyectos legislativos es que sería la única manera de frenar la creciente piratería de sitios localizados en Europa, Asia y América latina. Desde 1998 existe una ley en Estados Unidos que obliga a las páginas web a retirar el material ilegal, pero esa normativa no tiene competencia sobre lo que es publicado desde otros países.
Los proyectos de ley presentados en el Senado y en la Cámara de Representantes son impulsados por las principales compañías cinematográficas de Hollywood, las discográficas, los laboratorios de medicamentos y empresas de software.
En total son 142 empresas y asociaciones norteamericanas que le piden al Congreso que sancione la normativa. La Casa Blanca, por orden de Barack Obama, ya anunció que no apoya las iniciativas. De hecho, el debate acerca de SOPA previsto para el 24 próximo fue postergado.
Mancini sostiene que de avanzarse con éstas leyes, su implementación sería casi imposible. “Todas las formas del derecho están basadas en la regulación con una idea de territorialidad, y aunque se aprueben estas leyes son tecnológicamente impracticables, no existe capacidad de procesamiento para hacer un rastreo de información. Obviamente es una herramienta legislativa para enjuiciar gente. Tiene más que ver con una fantasía de control que con una posibilidad real”, asegura.
La Politica Online