La sequía está golpeando a la soja.
En Pergamino, una de las zonas más productivas de la pampa húmeda, calculan mermas del 40% en el rendimiento del cultivo.
PERGAMINO.- Espigas diminutas de maíz por aquí, que apenas son una tercera parte de lo normal y ni siquiera tienen grano. Lotes con sojas secas o sin desarrollarse un poco más allá. Y vacas, para completar la escena, que hoy no tienen otra cosa que morder que la tierra misma donde antes, no hace mucho, se levantaba una frondosa alfalfa para alimentarlas.
A 220 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, al norte, en una de las zonas más productivas y con las tierras más caras del país, la sequía no sabe que Pergamino es como una perla para la agricultura argentina.
Hacer soja y maíz aquí es como jugar en la primera división de uno de los grandes del fútbol, con rindes promedio de 3500 a 3600 kilos por hectárea en la oleaginosa y 9500 a 10.000 kilos en el cereal. Pero la seca pega igual y de una manera implacable.
Los productores sienten que esta sequía va camino de convertirse una de las peores de los últimos 46 años, según registros que tienen algunos de ellos en el campo. Sólo podría superarla en gravedad la de la campaña 2008/2009, que dejó fuertes quebrantos.
Según Liliana Núñez, jefa del departamento de agrometeorología del Servicio Meteorológico Nacional, en el norte bonaerense, donde se encuentra Pergamino, la condición hídrica de los suelos (humedad) se encuentra un 50% por debajo de los valores del período 2000/2009. Dicho de otro modo, en prácticamente la última década. «Llevamos 60 días sin lluvias importantes, ya que en diciembre apenas tuvimos 10 milímetros», expresó Tomás Bullrich, asesor de productores. «El 8 de noviembre se registraron 40 milímetros y desde entonces se cortaron las precipitaciones», precisa Manuel Fernández Ocampo, productor. «No tuvimos lluvias grandes [desde ese momento]», agrega Bernardo Gutiérrez, contratista de siembra y cosecha y productor en campos alquilados.
Reunidos en torno de una mesa antes de visitar los campos con LA NACION, Jorge Bianciotto, asesor, destaca un dato que pone a todos atentos, con un registro de lluvias en los últimos 46 años. Considerando como «año productivo» el que va de abril de un año a marzo del siguiente, en 2008/2009 en ese período hubo 606 milímetros.
Si bien ahora faltan tres meses para cumplirse ese período, el número es mucho menor: 416 milímetros. «Vamos camino a la catástrofe», afirmó.
Por lo pronto, estos productores y asesores ya tienen estimada la magnitud del daño: un 40% menos de rinde en el cultivo de soja -para los cultivos que ya están en su etapa reproductiva- versus el año pasado y rendimientos en maíz que apenas podrían resultar, o superar ligeramente, el 30% de lo cosechado en el ciclo pasado. «Creo que el promedio de rinde de maíz [en la zona] va a ser 3000 kilos por hectárea [contra 9500 del promedio habitual]», estimó Bianciotto.
lanacion.com.ar