La pelea con Andy Grider no es la primera historia de desencuentros del mendocino con sus navegantes del rally. Antes del Dakar, Lucas Cruz, uno de los mejores copilotos del mundo, decidió no acompañarlo por diferentes motivos, entre ellos, el trato y las formas
No sólo el abandono del Dakar dejó herido a Orlando Terranova, sino además, una presión que destapó una olla donde muchos comenzaron a mostrar lo difícil que es tener de compañero al mendocino, de carácter complicado y con pocas pulgas a la hora de competir.
La pelea con el norteamericano Andy Grider, la misma que sacó a la luz el jefe del equipo, Marc Fortin, el dueño de Overdrive, y que luego amplió la página oficial del Dakar, quedó al desnudo.
«Terranova también sabe muy bien lo que es dar espectáculo, tal y como demostró ayer al adjudicarse el segundo mejor tiempo. Sin embargo, el que dio entre bastidores resultó ser de todo menos glorioso”, comentaron desde el sitio de la competencia.
En tanto, Marc Fortin amplió: «Andy Grider ha sido tratado de forma irrespetuosa y se ha ido. Nunca había visto cosa igual, es de locos». En tanto, Terranova insiste y desmiente todo tipo de peleas, pero el pasado tampoco ayuda a creer sus palabras.
Antes de comenzar el Dakar, Terranova probó suerte con Lucas Cruz como navegante, el cual está considerado como uno de los mejores del mundo. Fue el mismo que acompañó al exitoso Carlos Saiz (campeones en 2010) y que actualmente compite con Nasser Al Attiyah.
Sin embargo, algunas cuestiones que tienen que ver con lo económico, y otras cuestiones en lo personal, como el trato duro y la poca paciencia del mendocino, hicieron que el español saliera corriendo despavorido y apuntara a otro compañero en el rally más complicado del mundo.
En 2009, no tuvo demasiada suerte cuando compitió junto a Alain Guehennec y en 2011 abandonó tras volcar su máquina junto al luso Filipe Palmeiro, quien terminó con contusiones tras el golpe. Así, cuando la esperanza crecía para que el argentino termine lo más arriba posible, la realidad volvió a ponerlo de rodillas y lejos, muy lejos de la gloria.
Fuente: Infobae