Indignados por la maniobra del kirchnerismo que impidió, una vez más, sesionar la semana pasada, la Coalición Cívica ahora apoyaría la idea del PJ opositor de remover al presidente de la Cámara Baja. La fuerza de Carrió y la centroizquierda fueron los únicos que no se sumaron a la estrategia de ir por ese cargo el año pasado. Qué cambió y por qué se apunta también al hijo del ex presidente.
Después de un año marcado por la paupérrima actividad parlamentaria, la oposición en Diputados retoma la idea quitarle la presidencia de la Cámara al oficialismo. Lo haría en diciembre y, esta vez, contaría con el apoyo de la Coalición Cívica.
La gota que rebasó el vaso fue la frustrada sesión de la semana pasada, cuando una maniobra del kirchnerismo impidió que se tratara el proyecto para subir del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias y el de coparticipación de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y el que busca crear una comisión investigadora sobre el accionar de la Oficina Nacional de Control de Comercio Agropecuario (ONCCA).
Esta vez la jugada no vino del titular de la Cámara, Eduardo Fellner -quien se ausentó ese día- sino de la vicepresidente 2º, Patricia Fadel –también diputada del Frente para la Victoria-, a cargo momentáneamente de la Cámara –Ricardo Alfonsín, vicepresidente 1º y quien debería haberse hecho cargo de presidir la sesión, cedió su función al oficialismo-.
La mendocina aprovechó que varios de los diputados de la oposición abandonaron el recinto en pleno debate y levantar la sesión por falta de quórum, una práctica poco habitual en el Congreso, donde generalmente se calcula la cantidad de bancas al principio y en la votación de las leyes.
Esta actitud colmó de bronca a la oposición. “Con sólo 86 bancas 257, el kirchnerismo ha logrado la Cámara prácticamente no sesione en todo el año”, evalúan desde el peronismo federal. Se trata del bloque que, junto con el radicalismo, ya en diciembre del año pasado impulsó la idea de remover a Fellner y quitarle la presidencia de Diputados al oficialismo. En ese momento la Coalición Cívica y la centroizquierda no los acompañaron, pero ahora si combinan una estrategia común podrían alcanzar “la mitad más uno” que les piden las normas del propio cuerpo para hacerlo. Es que la fuerza liderada por Elisa Carrió cambió de parecer y, aseguran, Proyecto Sur también.
Los arrepentidos
En diciembre de 2009, cuando se discutían las autoridades de Diputados y de las comisiones, Lilita Carrió y Fernando “Pino” Solanas rechazaron la idea del resto de la oposición de quedarse con la presidencia de la Cámara para garantizar que haya actividad parlamentaria.
Ambos argumentaron que no romperían la tradición parlamentaria de darle la presidencia a la primera minoría –la que, luego de las elecciones legislativas de junio, era el Frente para la Victoria- y calificaron la estrategia como “desestabilizadora”. Hoy no lo dicen en voz alta, pero están arrepentidos.
“Cuando se tomó la decisión de apoyar a Fellner para que continuara como titular de Diputados, se acordó con el oficialismo que garantizarían el funcionamiento de la Cámara y que no jugaría como representante del bloque del Frente para la Victoria, sino del pueblo en general”, recuerdan desde la Coalición Cívica. “No lo cumplieron”, se quejan hoy.
Desde el kirchnerismo, Agustín Rossi, ya avisó que van a “resistir hasta las últimas consecuencias” esta embestida de la oposición. Y analizó que hasta podría favorecerlo porque el oficialismo esta vez será la “víctima” de la pelea política.
Sin embargo, la oposición aún no está unida en la estrategia y algunos esperan que haya una definición oficial de Carrió y Pino. “Hasta ahora son expresiones de deseo que compartimos, pero no hubo reuniones”, se atajan.
“La oposición primero tiene que aprender a marcar una estrategia y respetarla. Son todos bloques diferentes con intereses distintos y cuesta mantener la cohesión”, explica una fuente con largos años caminando los pasillos parlamentarios. “Ahora hay acuerdo de sacarle el apoyo a Fellner, Fadel y Alfonsín, pero en el medio está también las negociaciones de quiénes ocupan esos cargos”, razona.
Críticas a Alfonsín
En el peronismo federal y la Coalición apuntan contra el hijo del ex presidente, quien como vicepresidente 1º debía ocupar el lugar de Fellner en su ausencia, pero no lo hizo. Se lo dejó a Fadel, vice 2º de la Cámara.
“Hay mucha calentura y bronca con él. Viene sin cumplir con el rol que le corresponde. Llega tarde, cede funciones, es muy descuidado”, aseguran unos. “Alfonsín no conoce el manejo parlamentario y tiene poco apego a ir a la Cámara”, dicen otros.
Es por ello que en varios sectores de la oposición se analiza removerlo a él junto con los kirchneristas. Sin embargo, saben, será algo largamente debatido en reuniones a puertas cerradas porque necesitan el apoyo del radicalismo para quedarse con la presidencia de Diputados. Algunos ya se anticipan a una renuncia del propio Alfonsín. “Quizás se vaya él porque necesite avocarse a la campaña”, argumentan. En diciembre se verá.
Fuente: lapoliticaonline