Según fuentes policiales, los principales sospechosos del homicidio les reclamaban las propiedades a las mujeres, pero ellas les dijeron que las iban a donar, lo cual los excluía, al menos en parte, de ser los herederos.
Un ex profesor universitario de Letras y su hermano quedaron al borde del juicio oral y público, acusados de haber matado a cuchilladas y golpes a dos tías en el barrio porteño de San Cristóbal para poder quedarse con sus propiedades.
Fuentes judiciales informaron que los imputados tendrán que enfrentar un debate oral luego de que la Cámara del Crimen porteña confirmó su procesamiento por el delito de «homicidio calificado por codicia, reiterado en dos oportunidades».
Se trata del ex profesor Fabián Beltramino (39) y su hermano, Juan Claudio Beltramino (50), a quienes se acusa de haber asesinado a sus tías, Rosa (77) y Elisa López (89), ambas solteras y hermanas de su madre.
El crimen del que se los acusa fue descubierto el 27 de junio de 2009 en el living de un departamento ubicado en el pasaje Barcala 3011, frente a la plaza «Martín Fierro» de San Cristóbal, luego de un llamado a la Policía de los hermanos.
Juan Claudio se comunicó para decir que hacía varios días que sus tías no atendían el teléfono y que estaba yendo con su hermano al departamento de las mujeres, del cual dio la dirección, porque temían que les hubiera pasado algo.
Sin embargo, cuando un patrullero llegó al lugar no encontró a nadie, por lo que los efectivos se retiraron.
Al rato, los hermanos llegaron a la casa, abrieron la puerta con una llave que tenían y llamaron otra vez a la Policía para decir que sus tías estaba muertas.
Los médicos forenses determinaron que las víctimas habían sido acuchilladas y golpeadas, pero enseguida descartaron que se tratara de un robo porque la puerta no había sido violentada ni faltaban objetos de valor.
«Las fallecidas tenían colocadas diversas joyas e incluso se incautó de entre las prendas que vestía una de ellas un monedero con dinero», dijeron los camaristas Carlos González, Alberto Seijas y Marcelo Lucini en el fallo confirmatorio del procesamiento.
En la investigación, realizada por la División Homicidios de la Policía Federal, se llegó a determinar la participación de los hermanos en base a una sumatoria de testimonios, especialmente el de vecinas que contaron que las mujeres habían prometido a sus sobrinos dejarles como herencia un departamento a cada uno.
Sin embargo, la relación luego se deterioró porque ellos les reclamaban las propiedades y las mujeres dijeron que las iban a donar, lo cual excluía a los sobrinos, al menos en parte, de ser herederos.
A esto se sumó que una testigo vio a uno de los sobrinos, Fabián, ingresar al edificio un día antes del crimen, en abierta contradicción con lo que el hombre dijo, esto es, que no veía a sus tías desde hacía tiempo.
Otra declaración importante la prestó un plomero que debía ir a la casa de las hermanas el día antes de que fueran encontradas asesinadas y contó que una de las mujeres le canceló la visita por teléfono y le dijo que ese día su sobrino iba a ir a su casa.
Además, otra testigo reconoció como de propiedad de una de la hermanas la llave con un llavero con la que los sobrinos abrieron la puerta del edificio y del departamento.
Con estos datos y por orden del juez de instrucción Ricardo Pinto, los hermanos fueron detenidos en el barrio porteño de Palermo el 16 de octubre de 2009, casi cuatro meses después de los asesinatos.
Los investigadores creen que Juan Claudio fue quien planificó los crímenes y convenció a su hermano Fabián para que lo ayudara.
El perfil de Fabián es uno de los datos que más llama la atención a los pesquisas: al momento de los asesinatos era profesor de Letras en la Universidad de Lanús y trabajaba en el Ministerio de Cultura del Gobierno porteño.
Fuente: 26noticias