Comenzó a ser periciado, junto con una cuchilla, un palo de amasar y un destornillador. El acusado fue sometido a otra entrevista psiquiátrica.
Osvaldo Martínez (27) salió muy temprano de la alcaidía Roberto Pettinato, en Olmos, sin capucha y custodiado, en el móvil que lo trasladó a la asesoría pericial dependiente de la Suprema Corte bonaerense. En ese edificio ubicado a metros del Hipódromo de La Plata volvió a sentarse frente a los psiquiatras que ya lo habían entrevistado en dos oportunidades y ahora -hasta el 12- deberá hacer lo mismo con el equipo de psicólogos, para completar los peritajes requeridos por el fiscal Alvaro Garganta, a cargo de la causa que investiga la masacre de La Loma.
Martínez (“Alito”, para sus familiares y allegados) es el único detenido por los asesinatos de su novia Bárbara Santos (29); la madre de la chica, Susana De Bártole (63); su hijita Micaela (11); y la amiga Marisol Pereyra (38) y, a la luz de los dichos de Garganta, son muy pocas las posibilidades de que eso cambie.
“Hipótesis hay siempre y siempre están abiertas, por el momento la más firme es la que estamos trabajando, la que determinó que el juez dicte la orden de detención” de Martínez, explicó el fiscal poco antes de entrar en su despacho. Se esperaba que allí recibiera ayer una ampliación del informe de las autopsias, lo que finalmente sucederá hoy, aseguraron fuentes judiciales.
Lo que sí comenzó ayer, también en la sede de la asesoría pericial, fue la apertura de sobres con muestras y evidencias levantadas de la escena del cuádruple homicidio: el departamento 5 del PH ubicado en 28 entre 41 y 42.
Se trata de una cuchilla con mango negro que quedó en la bacha de la cocina (el criminal la habría lavado); un cuchillo tipo “tramontina” que los forenses extrajeron del cuello de De Bárttole durante la autopsia: según altos voceros del caso, lo tenía “a la altura del mentón, de abajo hacia arriba”; un palo de amasar en el que se hallaron algunos pelos y un destornillador que estaba tirado en el piso.
Se analizarán, además, cabellos levantados de los cuerpos y las uñas de las cuatro víctimas, ante la posibilidad de que alguna de las mujeres -en especial Bárbara, que fue con la que más se ensañaron y mayor resistencia opuso- haya lastimado al agresor quedándose con restos de piel y, claro, su ADN. Los resultados se conocerían en una semana.
La defensa oficializó el pedido para un reconocimiento de voz
El abogado Julio Beley, defensor de Osvaldo Martínez, presentó ayer el pedido anticipado de manera exclusiva por Trama Urbana: que su cliente no sólo sea sometido a una rueda de reconocimiento con el remisero Marcelo Tagliaferro -quien aseguró que vio al homicida cuando le abrió la puerta del PH a Marisol-, sino también a una “rueda de voz”-ya que ésta no se difundió por ningún medio, como sí pasó con su foto-, pues el testigo contó que el sujeto le habló.
Se descarta que la fiscalía accederá a la solicitud, pero, por lo pronto, la rueda de sospechosos se hará mañana.
En las últimas horas circuló la versión de que en esa misma jornada Alvaro Garganta tenía previsto volver a allanar el domicilio del imputado, en 156 entre 525 y 526, de Melchor Romero, para secuestrar la ropa que usó el joven el día del hecho, lo que fue desmentido por voceros de la investigación: “Lo que había que secuestrar ya se secuestró”.
Un dato que también trascendió en las últimas horas es que entre los elementos a peritar hay un par de zapatos de color beige con “rastros de sangre en la suela”. Serían los de Marisol. Y confirmaría que pudo no ser la última víctima, pero seguro no fue la primera.
Más de veinte mensajes y 35 mil pesos de deuda
Como viene sucediendo en las últimas investigaciones criminales, las comunicaciones juegan un rol fundamental en las pesquisas. Se espera que hoy concluya el análisis de la actividad registrada en el celular de Osvaldo Martínez al momento del hecho. Un informe preliminar ya lo ubicó, a las 22.30 del sábado 26, en la zona de La Loma y no en Melchor Romero, donde él declaró haber estado a esa hora, y descartó que le hubiera enviado un mensaje de texto a su novia Bárbara Santos a la 1.30 del domingo 27, como también dijo en la indagatoria.
Lo que sí se logró rescatar del teléfono móvil de la joven fueron “más de 20 mensajes» que Martínez le envió en los días previos a la masacre, que confirmarían lo que ya plantearon varios testigos en sus declaraciones: la “celopatía del acusado” hacia la chica. Según calificadas fuentes de la pesquisa, en esos SMS Martínez “la presionaba y maltrataba psicológicamente, sobre todo después de la cena en (la parrilla) El Retiro, a la que ella concurrió con sus compañeros de trabajo”. De acuerdo a los mismos voceros, básicamente la acusaba de “haberlo lastimado de nuevo”.
“La relación cambió a partir de que ella (Bárbara) cambió de trabajo, comenzó a relacionarse con otra gente y a pensar en una vida sin él”, resumió un vocero con acceso al expediente, confirmando que Santos no estaba convencida de mudarse junto con Micaela al dúplex que “Alito” estaba construyendo en Berisso, sino las dos solas a un departamento en La Plata.
Las últimas testimoniales recogidas en el expediente también respaldaron la versión de que Martínez (quien percibía un sueldo de 7.500 pesos en YPF), le habría prestado a su novia y a su suegra, De Bártole, “35 mil pesos para saldar una deuda”, dijo el mismo vocero.
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