Facundo Scandroglio fue acribillado de siete disparos en su departamento del barrio de San Cristóbal. Según los jueces, del hecho participaron los dos imputados, un chico que fue sobreseído por tener 14 años y dos personas más.
Dos acusados de haber matado de siete balazos a un joven de 22 años en un departamento del barrio de San Cristóbal el 2 de septiembre, por una presunta traición en la interna de una banda delictiva, serán juzgados por homicidio agravado.
Uno de los presuntos homicidas fue sobreseído por tener 14 años. Según la investigación, habría estado presente en el momento de la ejecución y probablemente haya participado de manera directa.
Según un fallo al que tuvo acceso Tiempo Argentino, “el 2 de septiembre de 2011 alrededor de las 2, un menor de edad –actualmente sobreseído–; Brian Alberto Baltazar Ureña y dos personas aún no identificadas, habrían ingresado al departamento H del piso 3° del edificio de la calle Rincón 1374 de esta ciudad portando armas de fuego y efectuaron siete disparos que impactaron en el tórax, cuello y otros miembros de Facundo Scandroglio, heridas que provocaron su deceso”.
Según la investigación, a cargo del juez Rodrigo Pagano Mata, víctima y victimarios –todos muy jóvenes, de entre 14 y 21 años– integraban una banda que se dedicaba a robar autos y reducirlos.
Baltazar Ureña es conocido como “Dengue” y está acusado por otro homicidio, ocurrido unos seis meses antes: la víctima recibió cinco balazos y de acuerdo con los indicios recolectados en esa causa, tamaña violencia obedeció a “un tema de polleras”.
EL CRIMEN. En una suerte de operativo comando, Marco Federico Álvarez habría facilitado la entrada al edificio, tras interceptar a un vecino, Juan Marco Rocchinotti, en la planta baja cuando pretendía salir para comprar comida, le quitó las llaves, lo apuntó con una pistola y le dijo: “Quedate tranquilo que con vos no es el problema.”
El resto del grupo subió por las escaleras, abrieron la puerta del departamento y encontraron a Scandoglio acostado. Lo acribillaron a balazos con una pistola calibre 380; algunos vecinos escucharon a la víctima clamar, desesperada y a los gritos, que alguien lo ayudara. Luego los asesinos huyeron en un VW Gol blanco.
Los vecinos llamaron al 911 y cuando la policía llegó, ya avanzada la madrugada, encontraron a Scandoglio semidesnudo, tirado en su cama y virtualmente sumergido en un charco de sangre.
La Sala Sexta de la Cámara del Crimen acaba de confirmar el procesamiento de Álvarez y de Ureña pese a que este último ensayó como coartada que ese día estaba con su novia.
“El suceso pudo haberse desencadenado por dos cuestiones vinculadas con las actividades ilícitas que desarrollaba la víctima junto con el menor, Ureña y Álvarez. La primera porque Scandroglio se había quedado supuestamente con un dinero que debía haber repartido entre aquellos y la restante porque se estaba abriendo del grupo, lo que generó malestar”, especuló el fallo.
Con respecto a algunas contradicciones en las que incurrió el testigo clave, los jueces argumentaron: “El temor al que aludió Rocchinotti es razonable y cierto, pues lo conocían, sabían donde vivía y por ello es plausible la forma en que aportara la información en el sumario. En tal sentido es elocuente lo que refirió en sede judicial: ‘solicita al Tribunal que esta declaración permanezca reservada y no sea exhibida a persona alguna por temor a represalias’, vislumbrándose un manifiesto clamor por protección, todo lo cual le otorga verosimilitud a esa declaración”, evaluaron los jueces. < Fuente: Tiempo El Argentino