General Antonio D. Bussi PRESENTE

Ante el reciente falle­ci­miento del legen­da­rio Gene­ral que en enero y febrero de 1976 ani­quiló los últi­mos focos del “frente rural” del mar­xista Ejér­cito Revo­lu­cio­na­rio del Pue­blo en la pro­vin­cia de Tucu­mán, que­re­mos tes­ti­mo­niar nues­tra admi­ra­ción y res­peto por quien fuera uno de los más rele­van­tes gene­ra­les del Ejér­cito Argen­tino durante la gue­rra revo­lu­cio­na­ria des­en­ca­de­nada por las izquier­das entre 1969 y 1979.

Rele­van­cia que con­ce­de­mos al Gene­ral Bussi por­que, ade­más de ejer­cer las fun­cio­nes pro­pias de la con­duc­ción estra­té­gica de la V Bri­gada de Infan­te­ría y de otras fuer­zas mili­ta­res, de segu­ri­dad y poli­cia­les, par­ti­cipó per­so­nal­mente en varios ope­ra­ti­vos y com­ba­tes en las ciu­da­des y mon­tes cuasi sel­vá­ti­cos de aque­lla pro­vin­cia; un terri­to­rio que el trots­kista ERP, subor­di­nado a la Cuarta Inter­na­cio­nal con sede en París y apo­yado por combatien-tes de otras tres orga­ni­za­cio­nes terro­ris­tas lati­noa­me­ri­ca­nas coor­di­na­das desde La Habana por una Junta Revo­lu­cio­na­ria, se pro­po­nía decla­rar “zona libe­rada” para pedir reco­no­ci­miento inter­na­cio­nal como “bando beli­ge­rante de una gue­rra civil”. Un obje­tivo sece­sio­nista que bus­caba rom­per la uni­dad terri­to­rial del Estado Argen­tino y pro­vo­car la inje­ren­cia de ins­ti­tu­cio­nes y Esta­dos extran­je­ros en los con­flic­tos inter­nos de la Nación: con­fia­ban en ser apo­ya­dos por la Unión Sovié­tica, China, Cuba, Libia, Arge­lia y Viet­nam del norte, entre otros.

Por todo ello, y dadas las con­se­cuen­cias estruc­tu­ra­les y simbóli-cas que supuso la derrota del expe­ri­mento rural del ERP en Tucu­mán durante la única gue­rra revo­lu­cio­na­ria urbana de la His­to­ria, el Ope­ra­tivo Inde­pen­den­cia orde­nado por un gobierno cons­ti­tu­cio­nal y coman­dado en la pri­mera fase por el gene­ral Acdel Vilas y en la segunda por Bussi, ya figura en la his­to­ria del siglo XX como una de las gran­des derro­tas polí­ti­cas y mili­ta­res del comu­nismo inter­na­cio­nal. La ani­qui­la­ción de la Com­pa­ñía de Monte ‘Ramón Rosa Jime­nez’ del ERP, sitúa a Vilas y a Bussi en el grupo de gene­ra­les anti­co­mu­nis­tas vic­to­rio­sos como Franco, Suharto, Videla o Pinochet.

En la larga bata­lla mun­dial con­tra la vio­lenta expan­sión comunis-ta, que aca­ba­ría poniendo de rodi­llas al impe­rio ruso-soviético, los com­ba­tes con­tra­gue­rri­lle­ros de Tucu­mán escri­bie­ron una pequeña pero hon­rosa página, con la san­gre de cua­renta y cinco bajas mor­ta­les en el Ejér­cito. Durante aque­llos años de Gue­rra Fría, las Fuer­zas Arma­das argen­ti­nas ani­qui­la­ron a las fuer­zas para­mi­li­ta­res mar­xis­tas y deja­ron ricas ense­ñan­zas estra­té­gi­cas y tác­ti­cas para las futu­ras gene­ra­cio­nes de ofi­cia­les. Si algún día las izquier­das deci­die­ran ini­ciar una segunda gue­rra revo­lu­cio­na­ria, ya saben lo que les espera.

Gene­ra­les Vilas, Bussi y Luciano B. Menén­dez. Clic para ampliar.
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Apun­tes bio­grá­fi­cos de Anto­nio Domingo Bussi.

Nació en Vic­to­ria, Entre Ríos, el 17 de enero de 1926 — Falle­ció en San Miguel de Tucu­mán el 24 de noviem­bre de 2011.

En 1943 ingresó en el Cole­gio Mili­tar de la Nación. Ya como Sub­te­niente del arma Infan­te­ría, fue des­ti­nado al Regi­miento de Infan­te­ría 28º en Goya, Corrien­tes, y luego, como Teniente, a la Escuela de Infan­te­ría de Monte Caseros.

En 1951 fue ascen­dido a Teniente Pri­mero y des­ti­nado al Liceo Mili­tar Gene­ral San Mar­tín como instructor.

En 1954 ascen­dió a Capi­tán e ingresó en la Escuela Supe­rior de Gue­rra, diplo­mán­dose en 1957 como ofi­cial de Estado Mayor.

Sus siguien­tes des­ti­nos fue­ron la VIII Bri­gada de Mon­taña en Men­doza, y la jefa­tura de Doc­trina Logís­tica en el Estado Mayor Gene­ral, espe­cia­li­dad que luego enseñó en la Escuela Supe­rior de Guerra.

A con­ti­nua­ción, con el grado de Mayor, realizó cur­sos de Con­tra­in­sur­gen­cia en el Com­mand and Gene­ral Staff College de Fort Lea­ven­worth (Kan­sas, EE. UU.)

En 1964 ascen­dió a Teniente Coro­nel y fue nom­brado jefe de per­so­nal del Estado Mayor General.

En 1966 fue nom­brado sub-jefe del Regi­miento de Infan­te­ría 19º de Tucumán.

En 1968 fue ascen­dido a Coro­nel y des­ti­nado bre­ve­mente la Divi­sión de Pla­ni­fi­ca­ción del Comando del III Cuerpo de Ejér­cito, y al año siguiente fue enviado como obser­va­dor a Viet­nam del Sur para estu­diar las tác­ti­cas del Ejér­cito de los Esta­dos Uni­dos con­tra las gue­rri­llas comu­nis­tas del Vietcong.

A su regreso, se rein­cor­poró al Estado Mayor Gene­ral, donde ocupó la Secre­ta­ría y pos­te­rior­mente la Jefa­tura de Finanzas.

En 1975 fue ascen­dido a Gene­ral de Bri­gada y puesto al mando de la X Bri­gada de Infan­te­ría de la Ciu­dad de Bue­nos Aires. En diciem­bre de ese año sus­ti­tuyó al Gene­ral Acdel Vilas como coman­dante del Ope­ra­tivo Inde­pen­den­cia decre­tado por el gobierno cons­ti­tu­cio­nal pre­si­dido por María Estela Mar­tí­nez de Perón: “El comando Gene­ral del Ejér­cito pro­ce­derá a eje­cu­tar las ope­ra­cio­nes mili­ta­res que sean nece­sa­rias a efec­tos de neu­tra­li­zar y/o ani­qui­lar el accio­nar de ele­men­tos sub­ver­si­vos que actúan en la pro­vin­cia de TUCU­MAN”. Decreto Poder Eje­cu­tivo 261/75 — 05.02.1975

Asi­mismo, fue nom­brado gober­na­dor de esa pro­vin­cia, cargo que ejer­ce­ría hasta el año 1980 (las ope­ra­cio­nes mili­ta­res fina­li­za­ron en febrero de 1976), con­si­guiendo muy bue­nos resul­ta­dos para el desa­rro­llo indus­trial y haciendo fuer­tes inver­sio­nes en obras públi­cas y ser­vi­cios asis­ten­cia­les.
En diciem­bre de 1980 fue ascen­dido a Gene­ral de Divi­sión y nom­brado Coman­dante del III Cuerpo de Ejército.

En enero de 1982 soli­citó el pase a retiro para dedi­carse a la acti­vi­dad política.

En 1987 y 1993 fue ele­gido Dipu­tado Nacio­nal por la pro­vin­cia de Tucumán.

En 1994 fue ele­gido Con­ven­cio­nal Cons­ti­tu­yente para la reforma de la Cons­ti­tu­ción Nacional.

En 1995 se pre­sentó a las elec­cio­nes para gober­na­dor de la provin-cia de Tucu­mán y las ganó por una amplia mayo­ría de votos, lo cual demos­tró que el pue­blo tucu­mano supo valo­rar y agra­de­cer sus éxitos mili­ta­res que en 1976 le libró del terror marxista.

En 1999 vol­vió a ganar una banca en la Cámara de Dipu­tados de la Nación.

En 2003 ganó una elec­ción para Inten­dente de la capi­tal de Tucu­mán, aun­que un escan­da­loso recuento pos­te­rior con­ce­dió la vic­to­ria a otro can­di­dato por una dife­ren­cia de… 17 votos.
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El 9 de febrero de 1984 el gene­ral Bussi declaró a la prensa:

En la gue­rra no existe ‘repre­sión’, exis­ten ‘ope­ra­cio­nes militares’.Muertos por ‘ase­si­nato’ no exis­ten en la gue­rra, exis-ten ‘muer­tos por combate’.

En la gue­rra no hay ese tipo de figu­ras delic­ti­vas. En la gue­rra hay ope­ra­cio­nes mili­ta­res, hay bajas en com­bate, hay persecución.

En la gue­rra el límite de las armas no es de carác­ter ‘jurí-dico’, es de carác­ter ‘tác­tico’, por­que en la gue­rra, el que no mata, muere.

El 8 de agosto de 2008 declaró ante el Tri­bu­nal Oral en lo Cri­mi­nal Fede­ral que le juz­gaba en la Causa “Var­gas Aignasse”:

Es una abe­rra­ción jurí­dica la omi­sión sis­te­má­tica, deli­be­rada, arbi­tra­ria e inten­cio­nal del marco his­tó­rico de la gue­rra que tuvo lugar en Tucu­mán, donde se imple­mentó una zona para la eje­cu­ción de ope­ra­cio­nes mili­ta­res para ani­qui­lar la agre­sión mar­xista leni­nista de ban­das de delin­cuen­tes terro­ris­tas orga­ni­za­das, equi­pa­das e ins­trui­das mili­tar­mente, e ideo­ló­gi­ca­mente fana­ti­za­das para pro­cu­rar la toma del poder polí­tico por el terror y la muerte. No eran ‘jóve­nes idea­lis­tas’, sino mer­ce­na­rios trai­do­res a la Patria que explo­ta­ron nece­si­da­des extre­mas de luga­re­ños para con­ver­tir­los en carne de cañón.

El 28.08.2008 el Tri­bu­nal le con­denó a pri­sión perpetua.

Durante otra Causa juz­gada en febrero de 2010, el Gene­ral Bussi denun­ció la sinies­tra cam­paña de rees­cri­tura izquier­dista de la historia:

Ago­taré hasta el último de mis esfuer­zos para con­tri­buir a la ver­dad his­tó­rica, hoy dis­tor­sio­nada, mane­jada y agra­viada para satis­fa­cer mez­qui­nos intere­ses que no se ajus­tan a la reali­dad que vivie­ron Tucu­mán y la Argen­tina en los años 70.
Y aña­dió una refle­xión que puede ser un bello epi­ta­fio; de su vida, y de aque­llos años de gue­rra revo­lu­cio­na­ria que ahora los anti­guos terro­ris­tas homi­ci­das ins­ta­la­dos en todos los apa­ra­tos del poder kir­ch­ne­rista nie­gan con insu­pe­ra­ble cinismo:

Las Fuer­zas Arma­das lle­va­ron ade­lante una ver­da­dera epopeya.

Fuente: Termidorianos

Autor: Jorge Fernández Zicavo