La Comisión Europea, la oficina ejecutiva del bloque, trabaja en una propuesta para prohibir o exigir una identificación estricta de las importaciones de carne, lácteos y otros productos de los descendientes de animales clonados.
La Unión Europea alista restricciones sobre la venta de carne derivada de animales clonados, lo que abre otro frente en la batalla por la ingeniería alimentaria con potencias agrícola-ganaderas modernas como Argentina, donde los ganaderos clonan cada vez más cerdos, vacas y ovejas.
La Comisión Europea, la oficina ejecutiva del bloque, trabaja en una propuesta para prohibir o exigir una identificación estricta de las importaciones de carne, lácteos y otros productos de los descendientes de animales clonados, afirman funcionarios de la UE.
El bloque no importa mucha carne, pero la pelea es parte de una batalla más amplia por el futuro de la agricultura global, que refleja disputas por organismos modificados genéticamente, hormonas de res y cloro en la producción de aves. Argentina, en tanto, emerge como el abanderado de la carne clonada.
Cinco operaciones pioneras individuales en el país han realizado clonaciones exitosas, con el apoyo —y poca interferencia— del gobierno, empresas y universidades.
«No hay motivo científico para regular la clonación», afirmó Alejandro Silva, jefe de gabinete del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina. «En cinco o seis años, Argentina será el mayor exportador mundial de productos clonados y transgénicos [pero] necesitamos superar la resistencia de la UE».
Como han descubierto los productores de cultivos modificados genéticamente, superar la aversión a veces obsesiva de Europa a los «Frankenalimentos» no es fácil.
por The Wall Street Journal