Un menor de 12 años sacó un arma y se robó la recaudación de un kiosco en La Plata

Ocurrió ayer a la tarde. El menor actuó junto a un cómplice quienes se hicieron pasar como clientes. Uno de ellos sacó un arma y amenazó al empleado y a un cliente. Los delincuentes huyeron con dinero y mercaderías.

Cuando Gabriel, el empleado de un kiosco ubicado en la calle 31 entre 67 y 68, vio a un adolescente que bajaba de una moto en la puerta del comercio, no dudó: «Este me afana», le dijo a un ocasional cliente al que estaba atendiendo. Y no se equivocaba. Apenas unos segundos después, él estaba escabulléndose hacia el baño, para escapar de los ladrones y el cliente arrodillado en el fondo del local, mientras dos menores robaban la caja.

Lo singular es que, según estimaron las víctimas, uno de los asaltantes no tendría más de 12 años. De hecho, Gabriel aseguró que cuando le dijo al cliente que estaban a punto de asaltarlos, el hombre miró a los sospechosos por la ventana y le respondió «no, si es un nene».

DOCE ROBOS

En el comercio ya están -para su pesar- acostumbrados a este tipo de sucesos: hace cerca de dos años que el local funciona en ese lugar y ya sufrieron doce robos.

Esta vez todo pasó ayer a la tarde, cuando el empleado atendía a una persona y llegaron dos menores. Gabriel, el vendedor, se dio cuenta que eran sospechosos y le dijo al cliente que cerrara la puerta.

Sin embargo, los ladrones alcanzaron a entrar al kiosco y, al principio, se hicieron pasar por compradores. «Me pidieron una gaseosa, y cuando le pregunté de cuánto, ahí uno sacó el arma», relató la víctima a EL DIA.

La primera reacción de Gabriel fue tirarse al suelo e ir arrastrándose hasta el baño, donde se encerró para evitar que los ladrones le apunten «otra vez con un arma en el pecho».

Al mismo tiempo, el cliente fue apartado por los delincuentes, que le dijeron que se tirase al piso y no se moviera.

Gabriel contó que entreabrió la puerta del baño para observar qué sucedía y vio que uno de los ladrones había saltado el mostrador y estaba vaciando la caja registradora. También se habrían llevado cigarrillos y otras mercaderías.

«Al cliente no le robaron porque no tenía nada encima», sostuvo el vendedor.

Todo sucedió en pocos minutos. «Yo en un momento cerré la puerta del baño de nuevo, más fuerte, para que no se vinieran», agregó la víctima.

Sin embargo, la intención de los asaltantes era irse lo más rápido posible. Y así lo hicieron: escaparon en la moto por calle 31, sin que al cierre de esta edición hayan podido ser localizados.

A pesar de que las víctimas avisaron de inmediato al 911, Gabriel explicó que la Policía llegó unos 20 minutos después.

OLA DELICTIVA

Hace menos de dos semanas, Gabriel ya había pasado por otro complicado momento, cuando un delincuente llegó en bicicleta al kiosco y sorprendió a un repartidor que estaba en la puerta, a quien intimidó con un cuchillo.

El empleado aseguró que en esa oportunidad no alcanzaron a cometer el ilícito. En una audaz maniobra, el repartidor -«acostumbrado a que le roben»-, le agarró la mano al asaltante, lo golpeó y lo tiró afuera del comercio. «Yo tengo una barreta por los robos y salí afuera como para perseguirlo, pero al final se escapó», concluyó Gabriel.

Fuente: Online-911