Julio Comparada se bajó del trinomio oficialista para las elecciones del 18 de diciembre. Desgaste, encuestas que no daban y más. Enterate por qué renunció.
Sí, me bajé”, le confirmó ayer a las 13.46 Julio Comparada a Olé ante el llamado telefónico por una noticia que había generado revuelo en el mundo rojo. Luego, con tono tranquilo, agregó: “No voy a dar entrevistas. Más tarde enviaré un comunicado a los medios explicando los motivos de la decisión”, y se despidió.
¿Por qué se baja? El rumor de la renuncia rondaba desde la noche del jueves. Y con el paso de los minutos fue tomando cuerpo y forma. En el comunicado de prensa, el presidente de Independiente, quien ya había renunciado semanas atrás a la candidatura presidencial, dejándole el espacio a Baldomero Alvarez, aseguró. “Los motivos que llevan a desistir de tan alta distinción están fundamentados, y tienen en el desgaste de tantos años de gestión y en el duro trajín de la campaña, los argumentos principales de mi alejamiento. Sin embargo, seguiré colaborando desde mi lugar como socio y actual presidente para que la fórmula del oficialismo obtenga nuevamente la presidencia del club, pues entiendo es lo mejor que puede pasarle a Independiente”.
El desgaste por tantos años de gestión (asumió en el 2005) es una realidad visible pero claramente, no el principal fusible. Las encuestas realizadas por propios y ajenos no daban bien y marcaban una notable diferencia con su principal rival, Independiente Místico. Se especuló que saliendo del primer plano y bajando a vicepresidente, el clima se descomprimiría pero no fue así. La interna oficialista se puso más feroz que nunca y su entorno más íntimo lo fue convenciendo para la decisión final.
Voces del oficialismo quisieron hacer creer que esto fue algo premeditado. No fue así. La renuncia fue una decisión espontánea, sin tiempo de maduración. Y más allá del cansancio y de las encuestas negativas, la presencia de Alvarez, amigo de Julio Grondona, comenzó a generar diferencias políticas a la hora de armar la lista para las elecciones. Hubo mucha rispidez. La frutilla del postre fue la ausencia de apoyo a su gestión por parte de Cacho. Y la renuncia fue un alivio para Alvarez y compañía que no le pidieron rever la medida. Un conflicto de intereses irreconciliables que lo llevaron a dar un paso al costado.
Fuente: Olé