“En octubre, el nivel de actividad de la Argentina se mantuvo prácticamente inalterado con respecto a septiembre en la medición desestacionalizada”, indicó la consultora Ferreres en su Índice General de Actividad. A la vez, el PBI estabilizó su crecimiento en torno del 5,5% interanual y avanzó 5,9% en octubre.
El Producto Bruto Interno (PBI) profundizó en octubre su desaceleración y prácticamente no creció respecto del mes anterior, consignó la consultora Orlando Ferreres en su Índice General de Actividad (IGA). Economistas remarcaron que la Argentina comienza a sufrir las consecuencias del freno en Brasil, a la vez que alertan sobre los efectos de la fuga de capitales y la suba de tasas en el consumo, informa hoy el diario El Cronista.com
“En octubre, el nivel de actividad se mantuvo prácticamente inalterado con respecto a septiembre en la medición desestacionalizada”, indicó la consultora Ferreres en su IGA. A la vez, el PBI estabilizó su crecimiento en torno del 5,5% interanual y avanzó 5,9% en octubre).
Los datos de Ferreres son consistentes con las estimaciones de otras consultoras privadas, que comienzan a vislumbrar un freno en la actividad industrial (con la industria automotriz al frente) y el consumo.
Por ahora, la actividad manufacturera es la que siente la desaceleración. Según Ferreres, se expandió un 4,7% anual, por la desaceleración en la producción automotriz. Pero la actividad inmobiliaria cayó en octubre 7% mensual (aunque mostró vigor en la comparación interanual).
El control en la compra de divisas podría apaciguar el ritmo de operaciones. La intermediación financiera, en tanto, crece 20,9% en el año.
Según los economistas, los dos grandes tópicos que condicionan el crecimiento son el freno de la actividad en Brasil y la dolarización de carteras local.
Brasil continuó dando malas noticias. La economía cayó 0,32% interanual en el tercer trimestre del año, a pesar de haber mostrado cierta mejora en septiembre, según el índice de actividad económica IBC del Banco Central de ese país.
Los expertos brasileños están preocupados porque la economía se desacelera más de lo previsto por los problemas de competitividad de la industria y los ecos de la crisis global, mientras la inflación alcanza sus niveles máximos en seis años, consignó Reuters.
por Medios