ROMA.- En la jornada que marcó el final de un polémico ciclo de la historia de Italia y en medio de silbidos, gritos y abucheos, Silvio Berlusconi presentó ayer formalmente su dimisión como primer ministro y puso fin a 17 años de presencia en el centro del poder de la séptima economía del mundo.
Su sucesor, el economista Mario Monti , asumiría esta noche o mañana para inaugurar una nueva era en el país y encabezar un gobierno técnico, que tendrá la complejísima misión de contener la crisis de la gigantesca deuda italiana, que amenaza no sólo el futuro del país, sino también de la Unión Europea (UE).
Humillado por una multitud que salió a la calle para despedirlo con bocinazos, vuvuzelas, coros de cancha de fútbol e incluso con una ejecución del «Aleluya», de Haendel, Berlusconi renunció a su cargo ante el presidente italiano, Giorgio Napolitano, pasadas las 21 (hora local), una vez que el Parlamento aprobó en forma definitiva el plan de ajuste exigido por la UE.
Una fiesta estalló entonces en las calles de Roma y ante el Palacio del Quirinale, donde la gente descorchó champagne, saltó y bailó agitando banderas italianas al grito de «¡Giorgio! ¡Giorgio!», por el papel decisivo del jefe de Estado, Giorgio Napolitano, en esta dramática agonía del Cavaliere , que llegó a su fin.
Berlusconi es uno de los dos mandatarios europeos que debió dejar el poder a causa de la crisis en la última semana; el otro es el ex premier griego Giorgios Papandreu.
Con su popularidad en su mínimo histórico, golpeado por escándalos judiciales y sexuales, pero finalmente noqueado por la crisis económica, Berlusconi será reemplazado por un economista que es su polo opuesto.
Monti, ex comisario europeo, de 69 años, de gran prestigio nacional e internacional, recibirá hoy formalmente el encargo de armar un nuevo gobierno.
Tal como prevé la hoja de ruta de esta crisis que se aceleró como nunca ante la presión de los mercados, Napolitano comenzará esta mañana las rondas de consultas con los diversos partidos. El objetivo es confirmar qué fuerzas políticas apoyan a este gobierno técnico de emergencia, que deberá encarrilar la estancada economía italiana con reformas impopulares urgentes. Un trabajo seguramente complicado.
Se espera que Monti, presidente de la Universidad Bocconi, forme gobierno en tiempo récord. Se descuenta que todos los ministros serán «técnicos» y no políticos, todo un mensaje. El objetivo, de hecho, es darles una señal fuerte a los mercados antes de la reapertura de las bolsas, mañana.
En este sentido, la novedad positiva de ayer fue que, luego de frenéticas negociaciones, el oficialista Partido del Pueblo de la Libertad (PDL) decidió que respaldará a Monti, pero si cumple determinadas condiciones. La primera es que siga el plan de reformas que el mismo Berlusconi le prometió a la UE en la cumbre de Bruselas del mes pasado. La segunda, que su brazo derecho, Gianni Letta, tenga un rol importante en el nuevo gobierno. Y la tercera, que ni Monti, ni ninguno de los ministros que formarán su ejecutivo vuelvan a ser candidatos en las próximas elecciones.
Anoche, sin embargo, el mismo Letta comunicó que prefería no formar parte de tal gobierno y que daba un paso atrás.
«Podremos desenchufar [el gobierno de Monti] cuando queramos», habría dicho Berlusconi durante la reunión, en la que logró convencer a los «halcones» de su partido, que querían a toda costa ir a elecciones anticipadas, por la solución del gobierno técnico.
La frase prenuncia tiempos difíciles para Italia, un país aún profundamente dividido entre derecha e izquierda. Algo que pudo verse en la calle, donde hubo manifestantes anti-Berlusconi que se trenzaron en discusiones con partidarios del Cavaliere , que intentaron animar a su líder al grito de «¡Silvio! ¡Silvio!», pero que eran claramente minoría.
El último día como premier del Cavaliere , que dominó el escenario político italiano durante 17 años, fue una jornada memorable, llena de emociones, que comenzó con un almuerzo de trabajo con Monti, en el Palacio Chigi. Siguió con una sesión de lo más agitada en el Parlamento. Allí, como se descontaba, recibió su aprobación final el plan de ajuste exigido por la UE para que Italia reduzca su deuda de casi dos billones de euros, equivalente al 120% del PBI.
Pero nadie discutió sobre eso. El Parlamento se convirtió, en cambio, en escenario de una verdadera tragicomedia. Hubo una ovación cuando Berlusconi, con el rostro serio e hipermaquillado, apareció en el recinto por última vez como premier. También gritos, insultos y gestos vulgares entre la oposición, que apoyará al gobierno técnico de Monti, y el PDL. Por ahora, parece ser la Liga Norte la única contraria al gobierno técnico.
Mientras tanto, fuera del Parlamento iba creciendo una multitud expectante con banderas italianas y pancartas que decían » game over «. «Vine porque se cierra una de las páginas más tristes de la historia de Italia y creo que es importante estar acá», dijo Silvia Diamanti, una maestra de 54 años.
Después de la aprobación definitiva del ajuste, antesala de su renuncia, Berlusconi protagonizó la última reunión de consejo de ministros. Los ministros salían de Palacio Chigi, sede del gobierno, acompañados por el mismo coro de «¡Bufón!», que despidió más tarde al «Caimán», como llamaban a Berlusconi sus enemigos, cuando presentó su renuncia.
«Espero en un renacimiento de Italia. Tengo 30 años, estoy desocupado y vine porque quiero volver a tener esperanzas en mi país», comentó Giacomo, que desafío el frío de una noche histórica ante el Quirinal, la vieja residencia de verano de los Papas, que es sede de la presidencia.
«Amargado» y decepcionado por la reacción de la gente, Berlusconi salió del Quirinal por una salida secundaria para evitar otro bochorno.
EL PAÍS, DESDE LA IRRUPCIÓN DEL CAVALIERE
En sus tres mandatos, Berlusconi no logró mejorar cifras alarmantes
El peso de la deuda
Italia siempre tuvo uno de los niveles de deuda más altos de Europa. Sin embargo, nunca había sido atacado por los mercados porque gran parte estaba en manos italianas.
1994: 121,8%
2010: 120%
PBI per cápita
En la última década, Italia fue anteúltima en el ranking de crecimiento del FMI: su PBI subió 2,43%. La cifra es mucho menor que la tasa de interés que paga sobre su deuda.
1994: 15.600 euros
2010: 25.700 euros
Indice de desempleo
Aunque el nivel de desocupación bajó en los últimos 16 años, en 2007 había perforado la barrera del 6%; desde entonces está en ascenso.
1994: 10,2%
2010: 8,3%
Población económicamente activa
El envejecimiento es uno de los problemas que más preocupan en Italia; por eso, la edad para la jubilación se retrasará dos años, hasta los 67, para 2026.
1994: 54%
2010: 47,8%
Déficit presupuestario
Aunque bajó, el déficit había llegado en 2000 al 0,8%; hoy está por encima del 3% acordado en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE.
1994: 9,2%
2010: 4,6%.
Fuente: lanacion.com