Más gestos entre el Gobierno y Macri

El acuerdo entre el gobierno de Cristina Kirchner y las huestes del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, para cubrir cuatro cargos vacantes en la justicia federal no sorprendió a los principales funcionarios de la Casa Rosada que conocían negociaciones previas. La instrucción de la Presidenta es contener al macrismo y lograr su apoyo explícito o implícito en el Congreso para aprobar ciertas leyes que necesite el oficialismo.

Otros dos entendimientos que apuntan a garantizar la gobernabilidad de ambos sectores se conocieron en estas horas. El kirchnerismo y Pro marchan a un acuerdo por el traspaso del subterráneo a la Ciudad. Y el macrismo facilitará, con más o menos disimulo, la sanción del presupuesto 2012 y de otras futuras leyes en la Cámara de Diputados.

Al menos eso aseguran en el Gobierno, donde entrevén una mayor predisposición de Macri para acordar políticas de buenos vecinos desde que Cristina Kirchner fue reelegida con el 54% de los votos y se fortaleció políticamente. La Ciudad tiene necesidades financieras que la Nación puede cubrir, aunque difícilmente lo haga.

En el Congreso, la decisión de Pro fue firmar el dictamen, dar quórum en el recinto y votar a favor del presupuesto en general, aunque disentirá en algunos artículos, se anticipó.
Incluso, en el Gobierno aseguran que Pro será amigable en Diputados y que podrían negociar el retiro de legisladores de ese bloque para que el kirchnerismo imponga su número. «La buena onda se va a notar este año en la conducta del bloque macrista en el Congreso», dijo a La Nacion una fuente del entorno presidencial.

¿Por qué funcionarios kirchneristas fueron tan críticos de Macri cuando se derrumbó el edificio de la calle Bartolomé Mitre al 1200? La respuesta: «También se le va a dar un trato de opositor. No se salva de que le marquemos la cancha».

La estrategia

El acercamiento de Cristina Kirchner a Macri tiene la misma lógica que su reconciliación con el gobierno de los Estados Unidos y su reunión con el presidente norteamericano, Barack Obama.

Y sigue la misma línea de la recomposición con la nueva cúpula del Episcopado, que ahora preside el arzobispo José María Arancedo. Estados Unidos y la Santa Sede fueron dos grandes conflictos en la política exterior oficial.

«Cristina quiere ahora cultivar un perfil más dialoguista. Además, todos sabemos que es bueno para mejorar la relación con Estados Unidos mostrarse cerca de posturas como las de Pro, de centroderecha», dijo un dirigente del kirchnerismo.

Desde el macrismo aseguran que en las negociaciones «sólo hay buenas intenciones y nada concreto». Que el subte se traspasará «más por necesidad fiscal del Gobierno que por generosidad».

Sin embargo, admiten que tras el triunfo electoral kirchnerista la orden de Macri a sus hombres fue «tener el objetivo de tratar de construir» y de «no renegar de acuerdos legislativos si hay coincidencias de miradas».

En la Casa Rosada valoran a figuras macristas con pasado peronista: Horacio Rodríguez Larreta, Diego Santilli, Emilio Monzó o el propio Federico Pinedo, al que rescatan como dialoguista.

Pinedo negó ayer «un pacto con el Gobierno» para nombrar jueces en el Consejo de la Magistratura. Y argumentó: «El Gobierno hizo lo que propusimos».

Ricardo Alfonsín, desde la UCR, denunció al macrismo de urdir un «acuerdo escandaloso». Por eso un ministro de Cristina Kirchner confesaba anoche que «con el macrismo se puede conversar; los radicales se oponen a todo»..

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/