Mientras a las 10 de la mañana los dirigentes del movimiento estudiantil llegaban al Congreso Nacional, en las afueras, en una soleada Avenida Pedro Montt, asomaba un alto contingente policial. Treinta mil marchantes se esperaba ver ayer en las calles, pero sólo llegó la mitad, según los organizadores, y no más de ocho mil, según cifras de las autoridades.
Desde temprano, Carabineros cercó con rejas la sede parlamentaria, para evitar que los estudiantes sobrepasaran el eje y se aproximaran, como se había anunciado. Sin embargo, aunque se esperaba el arribo de unos cien buses, llegaron sólo cinco, con alumnos de la Usach y Concepción, que se sumaron pasado el mediodía a la marcha. «Yo estudié gratis, hay que apoyar estas cosas que son buenas para todos», decía Bruno Bernal, popular maratonista porteño de 85 años, metido entre los estudiantes, profesores y familias marchantes. La colorida columna lucía también a estudiantes extranjeros de intercambio: «La educación en Chile es muy cara, está bueno esto», dijeron los jóvenes de Japón y Estados Unidos.
En el Parque Italia, el actor y profesor Carlos Paredes, personificado de Salvador Allende, abrió el acto cultural cerca de las 13 horas, con un encendido discurso que emulaba al ex mandatario, frente a la multitud que se convocó en el lugar. Del otro lado, dos anillos policiales, similares al 21 de mayo, mantenían piquetes de Fuerzas Especiales y carros lanzagases y agua.
En el lugar, el general Rodolfo Pacheco, jefe de la V Zona de Carabineros, cifró entre siete mil y ocho mil la convocatoria. El intendente Raúl Celis, por su parte, dijo que el movimiento ya no era estudiantil, sino político, «por esa razón también ha bajado la convocatoria», añadió, antes de abandonar el lugar escoltado por carabineros, ante la aparición de unos 500 manifestantes que sortearon el anillo policial.
«¡Avanzar, avanzar, al Congreso Nacional!», gritaba el grupo, protegido bajo una gigantesca bandera chilena, que a una cuadra fue empapada por el carro lanzagua, cuando se inició un intenso enfrentamiento que duró casi una hora.
Encapuchados arrasaron con escaños, señaléticas y todo a la mano para arrojarlos a carabineros, que descargaron bombas de gases y potentes chorros de agua. También actuaron caballares para contener los desórdenes.
Sebastián Farfán, presidente de la Federación de Estudiantes de la U. de Valparaíso, acusó al gobierno de incitar a la violencia y de no tener una solución a la demanda estudiantil. Pacheco, por su parte, dijo que «sólo usamos el 50% del contingente dispuesto».
A la hora del balance, Celis dijo que hubo 20 detenidos -12 adultos y ocho menores- y tres carabineros lesionados, uno de ellos en los enfrentamientos que se produjeron más temprano, en las afueras de la Universidad de Playa Ancha. «Esto sólo provoca daños y sus organizadores no tienen ninguna capacidad de control sobre encapuchados y violentistas», dijo Celis sobre los disturbios.
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