El presidente de la patronal denuncia que el Gobierno acorrala la actividad privada y eso provocará más paro. Más de dos años después del anuncio, el presidente venezolano, Hugo Chávez, avisó de la firma del decreto de expropiación de la empresa productora de aceites de automóviles Venoco, la mayor petroquímica privada del país.
El jefe de Estado, que acaba de recibir un duro golpe por la recuperación del voto opositor en las elecciones parlamentarias celebradas hace dos semanas, ha arreciado en su política de confiscaciones de empresas. Tras la nacionalización de la firma Agroisleña, de capital español, firmó también la nacionalización forzosa de la compañía Fertilizantes Nitrogenados (Fertinitro), que era ya en un tercio propiedad del Estado venezolano, pero en lo restante, de un consorcio italoestadounidense.
«Estas empresas pasan de propiedad privada a propiedad patria», indicó Chávez al final de su programa televisivo dominical Aló, presidente , reavivando los temores del empresariado por las nacionalizaciones compulsivas, en especial las del sector agropecuario, tanto de tierras como de empresas.
Agroisleña, rebautizada por Chávez Agropatria, es la principal distribuidora de fertilizantes e insumos agrícolas en el país, y financiaba directamente a más de 18.000 pequeños productores; Fertinitro es una de las principales plantas de fertilizantes. Sus socios son la estatal Petroquímica Venezolana (Pequiven), filial de Petróleos de Venezuela (PDVSA); la italiana Snamprogetti y la estadounidense Koch.
Chávez justificó o las expropiaciones señalando que todas las empresas nacionalizadas tomaban las materias primas de Pequiven y PDVSA «y las revendían a precios hasta cinco veces superiores».
Las mismas políticas
Sin embargo, en el caso de Agroisleña la nacionalización ha traído una ola de protestas campesinas, que la consideraban una aliada en sus labores, hasta el punto de que la junta que ha tomado la empresa ha señalado que mantendrá las políticas de financiación y productos que tenía antes de la nacionalización.
El presidente de la patronal empresarial Fedecámaras, Noel Álvarez, afirmó que «el Gobierno hace una lectura equivocada de las elecciones y por ello asume la estrategia de acorralar la actividad privada, lo cual redundará en un aumento del desempleo». A su vez, Alberto Baumeister, un prestigioso abogado tributario, miembro de la Academia de Ciencias Sociales de Venezuela, afirmó que «existe un debilitamiento sistemático de la propiedad en el área agrícola que lo único que ha traído es pobreza, porque Venezuela era autosuficiente en la mayoría de sus productos y ahora importa un 70% de los alimentos que consume».
Mientras, el ministro de Alimentación, Carlos Osorio, anunció que están en la mira Polar (principal grupo agroindustrial del país) y la estadounidense Cargill, su principal competidora en la venta de alimentos. «Deben estar en manos estatales», dijo. «Los oligopolios no garantizan la seguridad alimentaria en el país», añadió, y también señaló que en la próxima Asamblea Nacional, en la que la oposición rompió la mayoría calificada del chavismo, «habrá muchos mecanismos para profundizar en la revolución».
Fuente: lavozdegalicia.es