La Policía Federal y Metrovías primero informaron que se había tratado de un suicidio. Pero el padre de la víctima descubrió que le habían quitado el iPod y testigos acreditaron la versión del robo. La duda es si se cayó o fue empujado.
Emiliano Holzcan murió arrollado por una formación del subte de la línea A, luego de caer a las vías de la estación Castro Barros. La principal hipótesis es que todo sucedió cuando perseguía a un arrebatador que le había robado el iPod. Ahora resta determinar si cayó por accidente o fue empujado por el ladrón.
El hecho ocurrió el domingo a las 14:15, cuando el joven de 27 años viajaba hacia Primera Junta. A los pocos minutos del hallazgo del cuerpo, la empresa Metrovías les informó a los pasajeros a través de los altoparlantes que el servicio se había interrumpido por un suicidio. La hipótesis fue avalada por los agentes de la División Subterráneos de Seguridad en el Transporte de la Policía Federal, que enseguida llegaron a la escena y levantaron el cuerpo. Pero los familiares del muchacho jamás creyeron la historia oficial porque Emiliano era un joven “lleno de energía”, que esperaba embarcarse en diciembre en un crucero, estaba a punto de recibirse de capitán de navío, tal como describió su padre, Claudio Holzcan.
El lunes a la madrugada, Claudio fue a reconocer el cuerpo de su hijo a la morgue y comprendió que no estaba equivocado al pensar que Emiliano no se había suicidado. Allí, comprobó que de la mochila de Emiliano faltaba el reproductor de música que el joven solía usar. “Cómo murió, en qué circunstancias y de qué manera no lo sé. Lo único que sé es que mi hijo tomó el subte D en la estación Juramento, hizo combinación en Plaza de Mayo y tomó la línea A para ir hasta Primera Junta. Si se bajó antes –dijo Claudio a Tiempo Argentino– por algo habrá sido. Ahora hay que dilucidar lo que pasó. Pero yo soy carpintero, no investigador. Hablo con gente que me llama pero no entiendo nada.” Por su parte, Javier, hermano de Emiliano, aclaró que fue “mi viejo fue el que se dio cuenta que lo único que faltaba era el iPod y que en la mochila estaban la billetera, el teléfono celular y los anteojos de sol de mi hermano”.
Con el descubrimiento de Claudio, los policías cambiaron el rumbo de la investigación y a las pocas horas recibieron el dato de que había pasajeros que habían visto al joven perseguir a un ladrón que presuntamente le había arrebatado el iPod. Ahora los investigadores intentan determinar si la víctima cayó a las vías y fue arrollado por accidente o si fue arrojado por el asaltante durante un forcejeo.
Según uno de los voceros judiciales consultados por Tiempo, en la formación en la que viajaba Emiliano había un policía de civil que observó cuando el joven caía a las vías. El agente fue quien le avisó al boletero de la estación siguiente –Río de Janeiro– para que el tren que avanzaba en sentido contrario no volviera a arrollar al cuerpo de la víctima.
En este sentido, fuentes de la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción N°32 detallaron que en la estación Castro Barros no hay cámaras de seguridad. Sin embargo, los investigadores confían en que la cámara ubicada en la esquina de Medrano y Rivadavia haya captado al autor del robo mientras escapaba.
Por eso, la fiscal a cargo de la causa, Ana Cristina Yacobucci, quien caratuló el hecho como robo seguido de muerte, solicitó a través de un comunicado que las personas que hayan observado algo se presenten en la fiscalía ubicada en el décimo piso del edificio de Tucumán 966.
Los voceros judiciales agregaron que ayer declaró el maquinista de la formación en la que viajaba Emiliano y que hoy lo harán el boletero de la estación Castro Barros.
Fuente: Tiempo El Argentino