En un grupo de 4.800 adultos de Australia, un equipo identificó a 44 hombres y mujeres ludópatas que superaron sus problemas sin abandonar el juego. El 90 por ciento seguía jugando a la lotería o apostando en el casino o los deportes cada tanto, pero sin volver a obtener resultados positivos en la evaluación clínica de la adicción.
Los resultados, publicados en la revista Addiction, coinciden con los que se obtienen con el tratamiento del alcoholismo. Es decir, algunas personas en recuperación pueden beber menos en lugar de abstenerse. A este enfoque se lo conoce como «reducción de daños». Los resultados sugieren que los adictos al juego también se pueden recuperar sin abandonar las apuestas, indicó la doctora Wendy S. Slutske, de la University of Missouri, en Columbia.
Tradicionalmente, la abstinencia es el pilar del tratamiento de la ludopatía, como lo propone el grupo Gamblers Anonymous (Jugadores Anónimos). Pero estudios recientes sugirieron que la terapia de «juego controlado» sería efectiva. Eso es importante, señala el equipo de Slutske, porque atraería más ludópatas.
El equipo le realizó entrevistas telefónicas a 4.764 gemelos australianos de un registro nacional utilizado para las investigaciones en salud. Todos respondieron cuestionarios estandarizados para detectar la ludopatía.
Algunos signos del trastorno patológico incluyen la preocupación por las apuestas, la sensación de necesitar cada vez más riesgos, restarle tiempo al trabajo o la familia para jugar y ocultar la adicción.
En el estudio, 104 participantes (el 2 por ciento) obtuvieron resultados positivos en la evaluación de antecedentes ludópatas: 28 habían tenido problemas el año previo, mientras que 32 reunían algunos criterios diagnósticos de la enfermedad.
Otros 44 hombres y mujeres dijeron no haber tenido síntomas el año previo y se los consideró grupo «en recuperación». El 90 por ciento dijo que seguía apostando a veces, aunque significativamente menos que aquellos que admitieron haber tenido síntomas el año previo.
Por ejemplo, las personas en el grupo en recuperación habían apostado unos 54 días el año previo, comparado con los 176 días en los que habían jugado aquellos con resultados positivos en la evaluación de la ludopatía en el último año.
Fuente: TN