El antichavista Movimiento Laborista de Venezuela solicitó la conformación de una junta médica que verifique el estado de salud del mandatario. El bolivariano dice que ya no tiene células cancerígenas.
Los opositores demandaron al Tribunal Supremo de Justicia la designación de una comisión médica de alto nivel que detalle el verdadero estado de la enfermedad del mandatario venezolano. «De confirmarse la precaria salud del mandatario, con el diagnóstico respectivo, será enviado a la Asamblea Nacional para que, demostrada la incapacidad física del Presidente, se declare la vacante y se designe a su sustituto».
El dirigente del ML, Pablo Medina, dijo que el artículo 233 de la Constitución venezolana establece que el TSJ debe designar una junta médica para que certifique la posible incapacidad física o mental del presidente de la República. Medina explicó que el máximo tribunal debe cumplir con este precepto establecido en la Carta Magna, por el delicado estado de salud de Chávez.
Medina pidió a los dirigentes del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que faciliten la transición, y advirtió que Chávez «debe actuar con responsabilidad, transparencia y claridad con Venezuela y aceptar los mecanismos de transición». Y agregó: «La licencia que el pueblo entregó a Hugo Chávez para conducir el Estado venezolano venció, lo que ha generado una crisis muy profunda, no solamente a raíz de su enfermedad, que él pretende negar, sino por la mala gestión de su equipo ministerial».
El 30 de junio pasado, Chávez informó de su enfermedad y la intervención quirúrgica a la que había sido sometido diez días antes en Cuba para extirparle un tumor canceroso. Desde entonces, se ha sometido a cuatro ciclos de quimioterapia en La Habana y Caracas.
Hasta el último fin de semana, el líder bolivariano era el único que hablaba sobre su enfermedad. De hecho, era el único que comunicaba su estado de salud. Sin embargo, este sábado 22 de octubre los médicos presidenciales dieron una conferencia de prensa.
El cambio de actitud se debió a las declaraciones de Salvador Navarrete, el doctor que afirma haber integrado el equipo que atendió a Hugo Chávez en el Palacio de Miraflores antes de que se le diagnosticara el cáncer, descartó que se trate de un cáncer de próstata -versión que más fuerza ha cobrado ante el hermetismo con el que el Gobierno ha manejado los problemas de salud del mandatario- e insistió con que es un sarcoma. «Por eso le están aplicando una quimioterapia tan agresiva, porque si fuera cáncer de próstata le pones hormonas y ya, ni te das cuenta que está tomando tratamiento», explicó. «Cuando digo que el pronóstico no es bueno, significa que la expectativa de vida puede ser de hasta dos años», indicó Navarrete.
Uno de los médicos de Chávez, el doctor Fidel Ramírez, leyó un comunicado el sábado en una conferencia de prensa televisada, en el que se afirma que el presidente nunca ha sido paciente de Navarrete. Además, los doctores cuestionaron la ética del cirujano, al afirmar que se equivoca sobre el estado de salud del mandatario y no tiene acceso a su información médica. «Su evolución actual es absolutamente satisfactoria, con un excelente pronóstico», dijo Ramírez sobre la salud de Chávez.
De todas formas, no dieron detalles de la enfermedad. Esta situación inédita entre los mandatarios mundiales hace que, a cuatro meses de su operación, aún no se sepa qué tipo de cáncer tiene ni en qué estado se encuentra.
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