La producción de petróleo cayó un 8,2% en agosto de 2011 respecto al mismo mes del año anterior, y la de gas natural 3,7. Durante este período la producción gasoil bajó un 2,67% y la de naftas en valores similares. En consecuencia, este año se importó un 45% más de diesel que en 2010.
El documento revela que las reservas siguen en declive
La escasez de combustibles en las estaciones de servicio tiene una causa clara y evidente: la producción de gas y petróleo es cada vez menor. El agotamiento de los pozos productivos, como así también el crecimiento de la economía, desencadenaron en una ecuación oferta-demanda que refleja las falencias del sistema productivo para responder al aumento del consumo.
Un informe del Instituto Argentino de Energía “General Mosconi” (IAE) muestra que el procesamiento de petróleo crudo en las refinerías cayó un 3,4 por ciento durante el mes de agosto, como consecuencia de la merma en la producción. “Esta reducción obliga a incrementar las importaciones”, advierten los especialistas.
“Las importaciones de gasoil crecieron un 45 por ciento, hasta alcanzar 1.3 millones de m3, con un costo de 1.034 millones de dólares”, indicaron. “En términos interanuales, en agosto de 2011, la producción de petróleo se desmoronó un 8,2 por ciento en 2011 respecto del año anterior, reflejando claramente el efecto de las huelgas y cortes de producción realizados este año en los yacimientos de Chubut y Santa Cruz Norte principalmente, mientras que la producción de gas natural sigue cayendo a un ritmo anual del 3,7 por ciento”, explica la investigación.
Con respecto a las naftas, su mayor producción no es suficiente para cubrir el crecimiento de la demanda –sobre todo de naftas ultra- obligando a importar este producto, y generando dificultades de disponibilidad en muchos puntos del interior del país.
De igual modo, desde el IAE aseguraron que las importaciones de gas natural también se incrementaron fuertemente. Bajo la forma de Gas Natural Licuado se compraron al exterior entre los meses de enero y agosto 2.700 millones de m3 -2,5 veces más que el año anterior-, mientras que el gas comprado a Bolivia creció un 50 por ciento en el mismo período, hasta alcanzar los 1.441 MM m3. Sin embargo, y a diferencia de los combustibles líquidos, el GNC no tuvo inconvenientes para abastecerse durante los meses de mayor consumo como el invierno.
“La declinación de la actividad ya se puede considerar de carácter estructural y sin perspectivas de ser revertida en el corto y mediano plazo”, analizaron los expertos en energía.
surtidores.com.ar