Sumergida y aprisionada en una vorágine, la malherida Argentina, se encamina en dirección al bosque de los suicidas, mientras las luces cansinas de las campañas electorales de la oposición se apagan, la imperturbable candidata a la reelección Cristina Kirchner permanece iluminada por los fuegos de artificio generados a partir un coctel explosivo, en cuya mezcla además de elementos tóxicos, existen otros extremamente peligrosos al ser manipulados. No obstante en el acto de cierre de campaña, la señora, agitó como un barman en la coctelera todos estos componentes, sin inmutarse.
Rodeada por los extras que la acompañaron en sus spots publicitarios de campaña la señora de negro, nuevamente apeló a la idolatría y al dramatismo. Con. una secuencia de logros atribuidos a él y otros tantos a ella convocó a 44 millones de argentinos a participar del simulacro nacional y popular del próximo 23 de octubre, en el que según los cálculos programados por la corte de marionetas, esa presidente se impondría por una cifra mayor a la obtenida en las primarias del 14 de agosto pasado, nada más y nada menos avalada por las picardías de un fraude, como irónicamente lo carátula María Romilda Servini de Cubría.
Picardías que más elaboradas se actualizaran el próximo domingo a la vista de todos y de un poder judicial adicto que en algunos casos juega al gallito ciego y en otros casos ejerce sin disimulo su condición de manada arriada por el poder político que detenta la única viuda. Arrodillados en fila rinden honores a la señora, mientras violan la independencia de los poderes, para formar parte del grupo de los traidores a la patria.
Con todos los ases en la manga Cristina no vaciló en incluir en la platea s todos los iconos de la corrupción. Juntas como en las mejores épocas la Madre putativa Bonafini y la falsa abuela Carlotto, compartieron los espacios vip del evento con el des liderado camionero Hugo, el patotero Guillermo Moreno, dueño del INDEC, de la calle, de la opinión, de empresas y empresarios, esos que convence por la fuerza del amor que tanto pregona Cristina, representada por un honesto arma de fuego como souvenir de escritorio para las entrevistas con los distintos personajes del quehacer nacional.
En un ambiente irrespirable, viciado por la obsecuencia, la hipocresía, la mentira, la corrupción y la burla a la ciudadanía transcurrió el acto de cierre de campaña, mientras la viuda apelaba al sentimentalismo de ocasión como figura acompañante de su yo exclusivo, el cerrado grito y el aplauso de los traidores refrendaba el desmadre oficial impuesto por la señora para matar definitivamente la república.
Afuera un mundo que no se termina de acomodar y traerá consecuencias a la economía argentina. Adentro una presidente que busca la reelección caiga quien caiga y cueste lo que cueste, después una paupérrimas gestión, un avasallamiento a las ideas, falsos derechos humanos, presos políticos, carencia de Estado de Derecho, mentiras de inclusión social, corrupción generalizada, desprecio por el ciudadano, saqueos a los ahorros privados, enriquecimiento ilícito, inflación, y una perversa persecución retroactiva para apañar, beneficiar y vanagloriar a terroristas que atentaron contra la democracia y mancillaron a ciudadanos inocentes en las décadas del 60, 70 y 80, es quien pide ayuda a 44 millones de ciudadanos para profundizar el llamado modelo. Un modelo armado únicamente para profundizar el poder y la riqueza de ella, de sus amigos, y de los aduladores de turno, mientras los condicionados habitantes del país ocupado trabajan para ellos.
Fueron ocho años de régimen obtuso, de odios y venganzas, de muertes ciudadanas producto de una delincuencia atroz apañada por una justicia abolicionista y por los gobernantes de turno primero él y después ella que es quien pide ayuda a los gobernados para mantener una parodia de democracia indefinida.
Largos años en los que la oposición jugo a las escondidas. Algunos corriendo como ratas al encuentro de quienes tomaron el país y otros esperando en la vereda de enfrente una oportunidad que no fueron capaces de buscar y dejaron pasar..
Hoy una oposición atomizada de rasga las vestiduras, por lo que no supieron interpretar o no quisieron ver. En tanto los ciudadanos son conducidos en dirección al bosque de los suicidas, que llevará luego a los sobrevivientes directo a las puertas del infierno..
En anterior oportunidad, en otra nota preguntaba ¿Será este el último viaje de Ulíses?, hoy la respuesta es inminente, faltando pocos días para el juicio final será posible obtener la respuesta… aún cuando está parece cantada … el domingo se tendrá la última palabra.
Autor: Susana Sechi
Directora de La Historia Paralela