Había ido preso en los 90: está detenido otra vez. Veintiún años después del homicidio, atacó brutalmente a su nueva pareja, que está muy grave. Un hijo de 9 años de la mujer vio todo. Su testimonio fue clave para detener al «descuartizador de Trelew».
Yanina Treuquil, de 27 años, recibió un fuerte golpe en la cabeza con una sartén poco antes de las 8 del sábado 13 de agosto de este año, tras una fuerte discusión en una vivienda del barrio Tiro Federal de Trelew. La mujer cayó al piso y fue rociada con combustible por su pareja, Daniel Ruiz, de 45 años, quen la prendió fuego y ahora lucha por vivir con el 90 por ciento del cuerpo quemado.
Yanina fue atacada por el mismo hombre que dos décadas atrás mató a Silvia Susana Vargas de 19 años. Después de haber mantenido relaciones sexuales, el 8 de julio de 1990 fue estrangulada y descuartizada por Ruiz, quien diseminó los restos de la víctima por varios puntos geográficos de Trelew. El hombre confesó que había tenido un ataque de celos, la mató y la descuartizó, publicó hoy Clarín.
Según la versión del asesino, también fueron los celos los que lo motivaron a golpear a Yanina y después quemarla, pero con un agravante: lo hizo frente al hijo de su compañera, de 9 años, quien recientemente declaró en cámara Gesell y su testimonio fue clave para imputar a Ruiz.
El hombre, que cuando cometió el primer delito era disc jockey y ahora se ganaba la vida haciendo changas como peón de albañil, fue detenido, y tiene prisión preventiva por 60 días, añade el matutino.
Hallado culpable del primer crimen, Ruiz fue condenado a 11 años por homicidio simple el 2 de setiembre de 1991. Desde entonces, se lo conoce como “el descuartizador de Trelew”.
Pero el hombre no cumplió toda la condena, ya que por su buen comportamiento –en prisión integró el grupo de Cáritas parroquial para ayudar a los más pobres– fue beneficiado con tres decretos de reducción de pena firmados por el entonces gobernador Carlos Maestro, y también por el 2 por 1.
Recuperó la libertad en 1997. En el juicio, contó en detalle cómo seccionó el cadáver y lo embaló en tres bolsas de plástico. Desde que quedó en libertad, no encontró trabajo fijo y vivió de changas como albañil, informa Clarín.
Cuando Ruiz atacó a su segunda víctima, le arrojó agua a la mujer para apagar el fuego de su cuerpo. Después fue a buscar a un vecino y le dijo que hubo un “accidente”. Fue la declaración del hijo de Yanina la que lo devolvió a Ruiz a la cárcel, que ya había sido denunciado por la mujer debido a otras agresiones. Ahora está en un calabozo de una comisaría con prisión preventiva hasta el juicio oral.
Fuente: Diario Hoy