Los egresados salvaron a Bariloche de las cenizas volcánicas

En una temporada invernal signada por el gris de las cenizas y los aeropuertos cerrados, los viajes de egresados mantuvieron, gracias al transporte terrestre, la frecuencia de todos los años

La erupción del Volcán chileno Puyehue, el pasado 4 de junio, generó innumerables complicaciones en Bariloche, uno de los centros turísticos más importantes del país, a poco de iniciar la temporada de invierno.

Pero, en medio del caos, de los aeropuertos cerrados, y de un gran esfuerzo de los ciudadanos para limpiar la ciudad y así poder recibir a los turistas, los egresados se mantuvieron fieles al ritual que cada año se repite, generación tras generación.

El primer contingente arribó a la ciudad el 29 de junio, y fueron recibidos con gran euforia por autoridades y vecinos de Bariloche.

Según informó a El Cronista Héctor Barberis, presidente del Emprotur, entidad de promoción del turismo de Bariloche, «entre junio y agosto, disminuyó un 65% la cantidad de turistas que visitaron la ciudad, lo que equivale a 130.000 personas menos que en el mismo período de 2010».

Y añadió que en el caso de los extranjeros, la caída fue de 80%, debido en su mayoría a la restricción del turismo aéreo, cancelado para Río Negro prácticamente durante todo el invierno.

«Llevamos 110 días sin aeropuerto, los pocos extranjeros que vinieron lo hicieron vía Esquel y traslado por tierra o en micro desde Buenos Aires», acotó Barberis.

Néstor Denoya, presidente de la Asociación de Turismo Estudiantil de Bariloche (Ateba) precisó a El Cronista: «usualmente recibimos 110.000 chicos de junio a diciembre. Y esta temporada fue mejor de lo que esperábamos tras la erupción del volcán. Prevemos una cantidad similar a la de todos los años; ya vinieron desde julio 55.000 jóvenes, sólo postergaron su viaje para septiembre quienes lo tenían programado para junio, pero no se canceló ninguno».

Los viajes de egresados mueven 480 millones de pesos al año, pero generalmente son desestimados por los barilochenses, ya que gran parte de los ingresos -como los paquetes que se abonan en origen y el traslado- no quedan en la ciudad.

Sin embargo, en una temporada que comenzó tarde y termina con más penas que glorias, los barilochenses advirtieron la importancia de los egresados.

«Ahora tienen un reconocimiento mayor, porque fueron casi los únicos que vinieron a Bariloche y generan muchos puestos de trabajo», concluyó Denoya.

Fuente: Infobae