La cumbre del 8 al 10 de octubre en Washington hará énfasis en el uso de la divisas
Temores de que algunos países puedan recurrir a la depreciación de sus monedas para impulsar las exportaciones serán unos de los principales temas en la reunión anual del FMI en Washington la próxima semana.
Las divisas serán un tema delicado en la reunión del 8 al 10 de octubre en Washington, ya que pueden ser usadas como una poderosa herramienta para ayudar a reequilibrar la economía global, o como un medio para buscar una ventaja comercial competitiva.
Con el dólar debilitándose por las expectativas de futuros alivios en la política monetaria de Estados Unidos, los temores sobre devaluaciones competitivas están al alza, ya que los inversionistas acuden a divisas de mejores rendimientos. Muchas de esas monedas se encuentran en países en desarrollo.
Los países desarrollados podrían usar divisas debilitadas para apoyar las exportaciones e impulsar sus economías. Pero los mercados emergentes no quieren pagar el precio de una crisis que partió en el mundo desarrollado, al ver sus monedas subir y erosionar su competitividad comercial.
«o podemos simplemente permitir que nuestras economías de desequilibren, mientras permitimos que otras economías se equilibren», dijo el jueves a Reuters el presidente del Banco Central de Brasil, Henrique Meirelles. Algunos países «intentan protegerse debilitando sus monedas», agregó.
A comienzos de esta semana, el ministro de Finanzas brasileño, Guido Mantega, dijo que el mundo estaba en una «guerra internacional de divisas», ya que los gobiernos tratan de manipular el tipo de cambio para impulsar las exportaciones.
Autoridades financieras alrededor del mundo, como el jefe del FMI Dominique Strauss-Kahn, han rechazado esta noción. Pero la mayoría admite la idea de que la devaluación competitiva es una preocupación.
Culpan a China
Hace dos semanas, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, dijo que congregaría a otros poderosos del Grupo de los 20, para presionar a China por reformas monetarias en la cumbre de líderes en Corea del Sur en noviembre.
Canadá ha sido uno de los pocos países que públicamente ha apoyado los esfuerzos de Estados Unidos para convencer a China de que deje que el yuan se aprecie.
La política de divisas de Pekín ha sido un tema importante en Washington, en donde muchos legisladores pregonan que el devalúo del yuan le da una ventaja comercial injusta a China y afecta los empleos de Estados Unidos. La Cámara de Representantes aprobó el miércoles un proyecto de ley para penalizar a China por no dejar que su moneda se aprecie más rápidamente.
Un incremento en las tensiones acerca de la moneda ha elevado las preguntas acerca de si es necesario otro Acuerdo Plaza, firmado en 1985 por cinco poderosos países capitalistas en un hotel de Nueva York, que permitió que el dolar se depreciara frente a otras importantes monedas.
Parece obvio, sin embargo, que esta vez la mayoría de los líderes del mundo no apoyarán a Estados Unidos. Países como Brasil, Corea del Sur e India han dejado claro que no quieren hacer enojar a China, un importante socio comercial.
«Tenemos una buena relación con China. No tomaremos ese tema. Dejemos que otros países grandes lo tomen», comentó a Reuters banquero central de un mercado emergente que no quiso ser nombrado.
El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, quien llamó a China «el principal cliente» brasileño, expresó la semana pasada que poner presión al gigante asiático «no es la manera correcta de encontrar soluciones».
En cambio, muchos líderes del G-20 se ven más inclinados a discutir sobre la reciente debilidad del dólar, que ha perdido más de un 5 por ciento frente a la canasta de principales divisas, por expectativas de que la Fed va a flexibilizar aún más su política monetaria.
Los inversionistas han corrido a las divisas de los mercados emergentes en busca de mejores retornos.
Estrategias para frenar el alza de las divisas de los mercados emergentes, como la compra regular de dólares por los bancos centrales e impuestos en las entradas de capitales, podrían ser más recurrentes.
«La respuesta política de los países desarrollados creará más flujos hacia los mercados emergentes», dijo Joyce Chang, jefa global de investigación de mercados emergentes en JPMorgan, en una conferencia esta semana.
Fuente: Informador