“No son ofensivos ni nocivos para nadie”, sostuvo la diputada Raquel Herrero, quien se sumó a las críticas del bloque al proyecto de María José Lubertino.
La diputada porteño del Pro María Raquel Herrero coincidió con su bloque y rechazó el proyecto de la diputada María José Lubertino que promueve el retiro de símbolos religiosos en los edificios públicos de la Ciudad, exceptuando los que están ubicados en hospitales y cementerios, explicando que no son ofensivos para nadie.
Herrero, que además es una ferviente creyente y fue catequista durante mucho tiempo, sostuvo que “interpretar o creer que un símbolo religioso puede ser ofensivo es una falacia. Los símbolos religiosos no son ofensivos ni nocivos para nadie, por lo tanto, exhibir un símbolo religioso no daña a ningún ciudadano”.
Además, la diputada agregó que “un punto clave en esta discusión es preguntarse a quién beneficia una actitud de este tipo. Claramente a nadie es la respuesta, sólo sirve para alimentar el fundamentalismo de una legisladora personalista, que nos tiene acostumbrado a presentar proyectos polémicos con el objetivo de llamar la atención”.
En la misma línea que el presidente de su bloque, Cristian Ritondo, la diputada del Pro recordó que la presencia de la espiritualidad y religiosidad figura en el Preámbulo de la Constitución Nacional: “La presencia de la espiritualidad y religiosidad del pueblo argentino no son una creación gubernamental ni de ningún partido o movimiento político”, reza el texto.
Para finalizar, Herrero opinó que “a aquellos que no son creyentes no les molesta ni los daña; sin embargo, retirarlos podría ser significativo para aquellos porteños que sí lo somos. Es una medida que no representa la opinión y el sentir de los porteños”.
Fuente: El Parlamentario