Retos comunes para católicos y ortodoxos

Benedicto XVI envió un mensaje al cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, con motivo del XII Simposio católico-ortodoxo, que se celebra en Salónica (Grecia) desde hace dos días y cuyo tema es «El testimonio de la Iglesia en el mundo contemporáneo». El encuentro está promovido por el Instituto Franciscano de Espiritualidad de la Universidad Pontificia Antonianum (Roma) y por el Departamento de Teología de la Facultad Teológica Ortodoxa de la Universidad Aristóteles de Salónica.

El tema, “El testimonio de la Iglesia en el mundo contemporáneo”, constituye una de las principales preocupaciones actuales del Papa, según admite él mismo en su carta: «En el transcurso de los siglos la Iglesia no cesó jamás de proclamar el misterio salvífico de la muerte y resurrección de Jesucristo”.

Y continúa el Papa refiriendo que la evangelización “necesita hoy un vigor renovado en muchas de las regiones que recibieron por primera vez la luz y que experimentan los efectos de una secularización capaz de empobrecer al ser humano en su dimensión más profunda».

“En realidad asistimos, en el mundo contemporáneo, a fenómenos contradictorios: por un lado existe una generalizada distracción y también una insensibilidad frente a la trascendencia, por el otro hay numerosos signos que atestiguan la permanencia, en el corazón de muchos, de una profunda nostalgia de Dios, que se manifiesta de muchas formas distintas y que pone a muchos hombres y mujeres en actitud de sincera búsqueda”, añade.

El Santo Padre subraya que los escenarios culturales, sociales y económicos actuales «plantean los mismos retos a los católicos y a los ortodoxos», añadiendo que «la reflexión que se llevará a cabo durante el simposio tendrá, por tanto, una repercusión ecuménica notable. El conocimiento recíproco de nuestras tradiciones y la amistad sincera representan, ya de por sí, una contribución a la causa de la unidad de los cristianos».

Como evangelizadores “debemos ofrecer a los fieles de Cristo, no la imagen de hombres divididos y separados por las luchas que no sirven para construir nada, sino la de hombres adultos en la fe, capaces de encontrarse más allá de las tensiones reales gracias a la búsqueda común, sincera y desinteresada de la verdad”.

Por último Benedicto XVI, recordando que la sede del simposio de Salónica, está ligada indisolublemente a la predicación del apóstol de las Gentes, expresa el deseo de que los evangelizadores del mundo contemporáneo compartan la misma entrega apostólica de San Pablo.

Aunque este congreso no forma parte oficial del diálogo ecuménico, con todo, busca aumentar el conocimiento mutuo entre las diferentes tradiciones espirituales y teológicas. El primer encuentro se celebró en 1992 en Creta, y el último en Roma, en 2009, sobre la figura de san Agustín.+

Fuente: AICA