Comienzan en la Bibioteca Nacional las Jornadas Internacionales Borges Lector

Las jornadas son la culminación de la muestra de ejemplares pertenecientes al escritor, con sus marcas y anotaciones. Reunirán a importantes especialistas del país y del exterior que se referirán a diferentes aspectos de la obra borgeana.

Entre 1955 y 1973, fue director de la Biblioteca Nacional. En 1971, un empleado lo acusó de llevarse algún libro. Entonces Jorge Luis Borges llamó a un escribano para que dejara en claro que eso no era cierto. Al poco tiempo donó libros de su biblioteca personal pero no lo dejó por escrito formalmente. Simplemente enunció algo así como que esos libros serían de mayor provecho para la institución que para él. Esos ejemplares con su firma, junto a la fecha donde cada uno había sido adquirido e inclusive en qué ciudad, fueron a parar a un depósito de la antigua biblioteca de la calle México. Es decir corrieron la misma suerte que el mítico libro de arena del relato borgeano. Hasta ahora. Es que, luego de ser trasladados al nuevo edificio de la calle Agüero, un grupo de empleados comenzó a advertir sobre la existencia de esta biblioteca magnífica, perdida, descatalogada. Así lo contó Ezequiel Grimson, director de Cultura de la Biblioteca Nacional, en diálogo con Tiempo Argentino. “Finalmente, bajo la gestión de Horacio González, Laura Rosato y Germán Álvarez (empleados del Tesoro y del Archivo Institucional de la Biblioteca) iniciaron un paciente trabajo de recuperación que demandó cinco años. El resultado es la recuperación de casi 1000 libros que pertenecieron a Borges y que tienen sus inscripciones de puño y letra”, sostuvo el funcionario.
Parte de este material integra la exposición Borges lector que culmina con las jornadas internacionales que comienzan hoy y se extienden hasta el 30 de agosto. Se trata de una gozosa posibilidad de acercarse a la obra borgeana desde un lugar novedoso, con la presencia de estudiosos locales y extranjeros que disertarán sobre diversos aspectos de la obra del escritor argentino. Entre los expositores se encuentran Daniel Balderston, Carlos Gamerro, Edgardo Dobry, Dante Augusto Palma, Mireya Camurati, Carlos García, Alberto Rojo, Ivan Almeyda, Silvia Magnavacca y Alfonso de Toro. Durante tres días de actividad intensa, será posible asomarse a diversas facetas de un escritor que muchas veces ha sido cristalizado en cánones que resultan cómodos pero inexactos al momento de abordar su obra.
Hoy a las 12 se realizará la apertura de esta actividad con la conferencia “Borges lector de Borges”, a cargo de Grimson. “Lo marginal es lo más bello: marginalia y el proceso de escritura de Borges” es el nombre de la conferencia plenaria a cargo de Daniel Balderston con la que continúa la presentación de estas jornadas, con entrada libre y gratuita. El cierre será el viernes a las 18:45 y estará a cargo de Horacio González, director de la biblioteca, y de María Kodama. La programación completa se puede consultar en el sitio web .
De manera paralela, se puede visitar la muestra biblio-hemerográfica Borges lector, que reúne unos 500 ejemplares que integran la colección recuperada del autor de El Aleph. El martes 30 a las 16, Rosato y Álvarez estarán a cargo de una visita guiada para evitar perderse en medio de ejemplares de William Shakespeare, Thomas Carlyle, Robert Louis Stevenson, Edgar Allan Poe, Jonathan Swift, Milton, Henry James, Oscar Wilde o Herman Melville, que cuentan con anotaciones del escritor. Entre otros ejemplares también hay piezas de Goethe, Hermann Hesse, Dante Alighieri, Cicerón, Plutarco, Virgilio y Arthur Schopenhauer. A esto se le suma material fotográfico, hemerográfico y primeras ediciones.
Grimson apuntó que la división de la muestra, “tiene que ver con criterios más borgeanos que con nuestra decisión: hay una sección sobre los orígenes de la propia biblioteca de Borges; una de literatura inglesa, de mucha importancia para él; una de literatura norteamericana”. También filosofía oriental, literaturas germánicas medievales, literatura alemana, una dedicada específicamente a la Divina Comedia y también al budismo. Una de las secciones está dedicada a clásicos universales y otra a Schopenhauer. La exposición se completa con una sección de reseñas y traducciones; una de lecturas científicas y otra de psicología. De manera paralela, Rosato y Álvarez escribieron Borges, libros y lecturas, un lujoso catálogo que también editó la Biblioteca “que emplea una relación entre la manera de concebir la lectura por parte de Borges y su trabajo como escritor: cómo usaba las lecturas para la composición de su obra”, explicó Grimson. En este contexto, los subrayados y las citas no son simplemente estrategias de lectura; constituyen además una forma de autobiografía, en tanto revelan intereses y obsesiones íntimos. De ahí, también, que cuando se compran libros usados puedan inferirse las curiosidades y aun el carácter de los propietarios anteriores simplemente por las marcas que dejaron. Pero Rosato y Álvarez no sólo buscaron y encontraron los libros usados por Borges con sus anotaciones; también completaron las citas que estaban apenas apuntadas, restituyeron sus contextos y cruzaron esas referencias con sus ficciones, ensayos y conferencias.

Fuente: Tiempo El Argentino