El papa Benedicto XVI volvió a pedir hoy “radicalidad evangélica” y exigió obediencia plena “a las disposiciones de la Iglesia” católica a futuros sacerdotes de todo el mundo, en el tercer día de su visita a España, marcada por las protestas laicas y críticas a esta institución.
Durante la misa, que celebró en la catedral madrileña de La Almudena ante 5.000 seminaristas, el Sumo Pontífice animó a los jóvenes a que “no se dejen intimidar por un entorno en el que se pretende excluir a Dios”.
Y ante una sociedad en la que «el poder, el tener o el placer a menudo son los principales criterios por los que se rige la existencia», volvió a instar a los jóvenes a responder con “radicalidad evangélica”.
Asimismo, en un momento en que la Iglesia católica está perdiendo fieles pero también servidores, el Papa advirtió a los seminaristas, aunque sin mencionarlo explícitamente, que no quiere pederastas.
Tras años de escandalosos casos de abusos sexuales a menores alrededor del mundo, Benedicto XVI dijo a los futuros religiosos: “Debemos ser santos, para no crear una contradicción entre el signo que somos y la realidad que queremos significar”.
Además, insistió ante los jóvenes que ingresen al sacerdocio solo si están “firmemente persuadidos de que Dios los llama”, y están “plenamente decididos a ejercerlo obedeciendo las disposiciones de la Iglesia”.
En ese sentido, pidió “madurez”, para “vivir el celibato” y también para desprenderse de “los bienes de la tierra” y otras tentaciones.
En su tercer día en España, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) católica, el papa sigue animando a los jóvenes a sumarse al sacerdocio y hacer frente al rechazo del cristianismo.
El Jefe de la Iglesia católica, abocado a una misión de “reevangelización”, esta preocupado por la crisis que se vive en el seno de su poderosa institución, y por ese motivo la JMJ organizó una “feria vocacional” en el parque del Retiro para sumar jóvenes a la causa cristiana. Esta mañana, en un gesto inédito, el papa confesó a cuatro peregrinos en el mencionado parque.
Mientras cientos de miles de jóvenes de todo el mundo participan de este evento religioso, la visita del Papa a España adquirió un claro carácter político debido a las protestas de movimientos laicos, ateos, cristianos críticos, gays y lesbianas, que critican el uso de millonarios fondos públicos para este acto mientras el gobierno aplica severos recortes sociales.
La marcha inicial, organizada por estos grupos en la víspera del viaje papal, culminó con incidentes con la policía luego de que se vivieran momentos de tensión entre laicos y jóvenes católicos.
Los manifestantes antipapa llamaron “fascistas” y “terroristas” a los católicos, y acusaron a Joseph Ratzinger de “nazi” y “pederasta”.
Debido a la represión policial, los manifestantes volvieron a marchar jueves y viernes hacia la Puerta del Sol, y volvieron a otra vez recibieron palos por parte de la policía.
La detención de un estudiante mexicano que tenía planes de atentar contra la marcha, fue luego puesto en libertad con cargos que enrarecieron el clima entre laicos y católicos, aunque anoche se produjo una especie de “tregua” durante una asamblea llevada a cabo en el “Kilómetro cero” de Madrid.
Los movimientos laicos aseguran que no están en contra de los peregrinos sino de los poderes políticos y sus abusos, así como los privilegios que goza la Iglesia católica desde la época franquista, y las injerencias del papa y el clero en asuntos de política interna.
También denunciaron que el Papa atenta, “en ocasiones con violencia verbal”, contra “los principios democráticos y libertades cívicas, incluso llamando a la radicalización fundamentalista de sus fieles seguidores”.
A pesar de estos reclamos, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ratificó ante Benedicto XVI la vigencia de los acuerdos con la Santa Sede, cuya abolición exigen los movimientos laicos debido a que son predemocráticos.
No obstante, Zapatero, quien logró aprobar la ley del matrimonio homosexual y una norma que liberaliza el aborto, pide ahora apoyo al papa para convertir el Valle de los Caídos, mausoleo del dictador Francisco Franco, en un espacio de memoria, una propuesta que fue bien recibida por la Santa Sede, según fuentes oficiales.
También se invitó al Vaticano a enviar un mensaje de reconciliación para contribuir a superar el conflicto político en el País Vasco, y a la desaparición de la organización separatista vasca ETA, a casi un año de la declaración de su vigente tregua y dos años sin atentados, informó hoy la prensa española.
Tras reunirse con el líder del conservador Partido Popular (PP) Mariano Rajoy, el papa visitará esta tarde una fundación y por la noche participará de una vigilia en el aeródromo de Cuatro Vientos, último acto de la jornada previa a su último día antes de regresar al Vaticano.
Fuente: http://www.telam.com.ar/Cecilia Guardati