Cuando las papas queman, ahí está Lionel Messi. Al menos en Barcelona. Y si enfrente está Real Madrid, ni hablar. Otra vez el rosarino hizo de las suyas en una instancia decisiva. Dos goles una asistencia…
Cuando las papas queman, ahí está Lionel Messi. Al menos en Barcelona. Y si enfrente está Real Madrid, ni hablar. Otra vez el rosarino hizo de las suyas en una instancia decisiva. Dos goles una asistencia magistral para Iniesta le bastaron para transformarse otra vez (y van…) en la figura sobresaliente de la final de la Supercopa de España en la que el equipo catalán superó por 3 a 2 (2 a 2 en la ida) al conjunto merengue. Es el primer título de la temporada para el Barsa y el undécimo de su entrenador Pep Guardiola, que igualó la marca del holandés Johan Cruyff.
Cuando los espacio aún no habían aparecido Messi frotó la lámpara y comenzó a imponer su sello en un partido de alto voltaje. Fue a los 14′ cuando vio el hueco y asistió a Iniesta, quien quedó cara a cara con el arquero Casillas. Toque sutil del hábil volante catalán para poner a Barcelona en ventaja.
Fue el principio de un noche estelar para Messi. Pese al rápido empate que alcanzó Real Madrid por intermedio del portugués Cristiano Ronaldo. Porque cuando el final del primer tiempo se encaminaba al empate Leo apareció nuevamente en escena. Tras un córner y un taco de Piqué en el corazón del área, el rosarino capturó el balón y definió con mucha claridad ante la salida de Casillas.
Ya en la segunda parte, se apartó a un lado el fútbol y hubo lugar para las fricciones y las tensiones entre ambos equipos. La primera jugada de peligro se produjo recién a los 20′, cuando Iniesta realizó una enorme jugada personal y le la pelota a Messi, para que el 10 se perfilara sobre la izquierda y provocara un estupenda intervención del arquero madrileño.
Real Madrid, que con ese resultado se quedaba con las manos vacías, comenzó a tomar protagonismo. Y tuvo su premio a los 81′. Después de un par de rebotes tras un córner Benzema enmudeció al Camp Nou.
Se venía el alargue y la continuidad de las tensiones, hasta que apareció Messi. Apertura hacia la derecha para Adriano, centro del brasileño y una aparición relámpago relámpago de la Pulga para llenarse el empeine izquierdo de gol.
Fue el sello de un jugador estrella, que ya le marcó tres goles (14 en toda su carrera) en la temporada a Casillas.
Los tumultos del final no opacaron el estupendo arranque de temporada para un Barcelona imposible que sumó con un título más para las vitrinas y mucho menos la labor de una estrella como Lionel Messi.
Fuente: La Capital