Las revelaciones de la ex ministra de Salud Graciela Ocaña, quien afirmó que la presidenta Cristina Kirchner le pidió no avanzar en la investigación de la mafia de los medicamentos para proteger al dirigente sindical bancario Juan José Zanola, impactaron ayer en el Gobierno.
Tanto el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, como el secretario de Comunicación Pública, Juan Manuel Abal Medina, respondieron con dureza a la ex funcionaria y actual candidata a diputada por la lista que acompaña a Francisco de Narváez, por declarar al diario Clarín que sintió «vergüenza y desilusión» por el pedido de la Presidenta.
«Parece que para ella vale más una tapa de Clarín, a pesar de que siempre dijo que la Presidenta la impulsó en su lucha por la transparencia», afirmó Abal Medina. En su cuenta de Twitter, Fernández acusó a Ocaña de mentir y de responder al Grupo Clarín, además de atribuir sus revelaciones «a la campaña electoral».
«Mentira! Me consta que jamás habló sobre ese tema con CFK ¿Justo a una semana de las elecciones se acordó de un pedido que nunca existió?», fue uno de los tweets que escribió el jefe de Gabinete.
Frente a la reacción oficial, De Narváez respaldó a su candidata y ex titular del PAMI. «El Gobierno la ataca porque descubre su red de corrupción y deja al descubierto que, más allá de su dialéctica, el kirchnerismo usa el poder en beneficio propio y no de la gente», señaló el diputado opositor.
Anticipó, además, que «Graciela Ocaña estará al frente de nuestra política de transparencia en los actos de gobierno, terminando con la corrupción, venga de donde venga y sea quien sea».
También el candidato a senador nacional José Scioli, por la Unión para el Desarrollo Social (Udeso), defendió a la ex ministra. «Que le pregunten a la gente si le cree a Graciela Ocaña o si le cree al Gobierno», desafió el hermano del gobernador bonaerense.
En declaraciones radiales, Ocaña confirmó ayer sus revelaciones sobre las gestiones oficiales por Zanola, que se encuentra detenido desde hace veinte meses, y dijo que «hay una protección» del Gobierno sobre el titular de la CGT, Hugo Moyano, «fundamentalmente en la tramitación del exhorto en Suiza» por las causas contra el camionero.
«Yo esperaba otra respuesta. Me llamó la atención ese comentario de la Presidenta. Sentí dos cosas: primero, una enorme desilusión y, al mismo tiempo, me dio mucha vergüenza», declaró Ocaña al revelar el diálogo que mantuvo con Cristina Kirchner cuando le advirtió que iba a avanzar en las denuncias contra la mafia de los medicamentos.
«Que Ocaña hable de transparencia desde Clarín y como candidata de De Narváez es como que Ricardito Alfonsín nos dé clases sobre inflación», deslizó Abal Medina, al dejar trascender su molestia.
El jefe de Gabinete insistió en atribuirles intencionalidades políticas a las revelaciones de Ocaña y le dedicó varios comentarios en su cuenta de Twitter. «Yo sé que te molestó que no te hayan incluido en la lista de diputados nacionales del 2009 pero, ¿no te parece demasiado?», escribió el funcionario.
Y, en un mezcla de ironía y advertencia, agregó: «Bueno, ahora vas como candidata de De Narváez. Fíjate bien, mirá y escuchá todo. Si de denunciar se trata, no te van a alcanzar los días. Basta de basura. Un poquito de vergüenza, por favor. No se lo pido a Magnetto/Clarín porque es como pedírselo al Ceamse».
Al responder, De Narváez fue también enérgico y declaró: «Es una verdadera muestra de cobardía que varios ministros salgan a hacerse los guapos o matones con Ocaña, una dirigente reconocida por la sociedad por su lucha a favor de la transparencia de las instituciones y contra la corrupción».
Zanola, en tanto, procesado por 74 casos de defraudación en el reembolso de medicamentos, recurrió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para reclamar por su situación procesal.
«QUIEREN DESTRUIR EL NÚCLEO ÉTICO»
La periodista Sandra Russo presentó ayer el libro La Presidenta, cuyo contenido desató desmentidas de los ex funcionarios Alberto Fernández y Graciela Ocaña. En el panel estuvo el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González: denunció un intento de «destruir el núcleo ético del kirchnerismo», con los casos Madres y Zaffaroni..
Fuente: http://www.lanacion.com.ar