Cada día surgen nuevas novedades del caso Schoklender. Esta vez la justicia puso la lupa sobre un contrato suscripto entre la presidenta de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y el contador Alejandro Gotkin, mano derecha de Sergio Schoklender, exapoderado de esa organización y quien figuraba como presidente de Meldorek.
En el convenio, la Fundación de las Madres contrataba a la cuestionada empresa para que la misma le entregue las viviendas terminadas en el marco del programa Sueños Compartidos.
Sin embargo, la duda judicial surge a raíz de que la constructora de Schoklender tenía sólo 8 empleados y un escaso capital. La contratación de los los obreros, según publica Clarín, eran contratados por la Fundación. En tanto, los paneles para la construcción de las viviendas también los importaba la organización presidida por Bonafini.
La pregunta que se hace la justicia es por qué la Fundación de Madres le pagaba a una empresa que no tenía ni el equipamiento, ni el personal si ella tenía todo lo necesario para construir las viviendas sociales.
Ayer el fiscal Jorge Di Lello, le envió un escrito al juez Norberto Oyarbide para que convoque a la Policía Federal a fin de detectar las constancias de los envíos de la empresa italiana a la que la Fundación le compraba las placas para construir las viviendas.
Además le pidió a la AFIP que identifique el origen de las máquinas usadas para el funcionamiento de la planta de construcción que levantó la Fundación en la ciudad de Buenos Aires.
Fuente: diariohoy.net