Mauricio y Daniel, en la previa de la definición

Macri o Filmus. Mauricio o Daniel. En las horas previas a que los porteños elijan al futuro jefe de gobierno, los candidatos se distrajeron con distintas actividades.

Cábalas, ejercicio y Boca. Para Macri, la recta final estuvo cargada de actividad física y rituales. Lo acompañó su esposa, Juliana Awada, que, aunque con un avanzado embarazo, le siguió el ritmo en su rutina. «Es un hombre del deporte y hasta lo incorporó como cábala en las previas a los comicios», señaló a lanacion.com uno de sus allegados.

El viernes protagonizó el clásico torneo de fútbol de los hombres de Pro. Jugó para el equipo de legisladores, que no pudo arrebatarle los laureles al plantel de los jóvenes de comunicación. No obstante, fue autor de dos goles, «uno de tiro libre», que elogiaron desde su entorno.

En la mañana del sábado concurrió con su mujer a un gimnasio de Palermo. Bicicleta y pesas formaron parte de la rutina del jefe de gobierno. A ella, que espera a Antonia para octubre, se la vio, impecable, arriba de la cinta. Se dirigieron luego a almorzar con Agustina, Gimena y Francisco, los hijos de Mauricio.

Macri se dispuso a mirar Boca-Arsenal, pero abandonó el sillón apenas su equipo quedó abajo en el marcador. Del empate se enteró finalizado el partido. Por la tarde, repasó con sus allegados el discurso que dará cuando se conozca el resultado del ballottage que, espera, le permita quedar al frente de la ciudad otros cuatro años.

Anoche, prefirió acostarse temprano. Es que ni el día de la definición evitó que madrugara para correr por su barrio. Cerca de las 9, se dirigió al Café Tortoni, otra de sus cábalas electorales, para el desayuno con periodistas. Luego de un té con medialunas, cruzó a emitir su voto. Antes de presentarse en el búnker, planeaba ver el partido del club de sus amores ante París Saint Germain, almorzar en familia y jugar un partido de tenis.

Cocina, Woody Allen y familia. Las últimas horas antes de los comicios de Filmus tuvieron un foco gastronómico. Pasó buenos ratos con su familia y se dedicó a cocinarles especialmente. «No lo puede hacer muy seguido, mucho menos en estos últimos meses con todo el trajín de la campaña», dijeron en su entorno.

El viernes mantuvo algunos encuentros con sus abogados que siguen la denuncia de lo que calificó como campaña sucia y luego almorzó junto a su compañero de fórmula, Juan Carlos Tomada, en el Centro Asturiano. A ellos se les sumaron todo el equipo para degustar la tradicional cazuela de mariscos del lugar. Más tarde pasó por su despacho del Senado y retocó el proyecto de la Ley de Envases.

Allí encontró mensajes y adhesiones de personas de diferentes ámbitos. El que más le sorprendió fue el de Viggo Mortensen, el protagonista de El señor de los anillos , confeso simpatizante de San Lorenzo. Por la noche fue al cine junto a su mujer, Marisa. La película elegida, Medianoche en París, dirigida por Woody Allen.

Filmus, el sábado, se dedicó a agasajar a sus íntimos. Descansó hasta media mañana y luego se puso el traje de asador para almorzar junto a Marisa y sus hijas. Relajado, descansó después del almuerzo acompañó a Maite [una de sus hijas], de 9 años, a un club deportivo de Palermo.

Más tarde, siempre rodeado de los más cercanos, le preparó la cena a Jorge, uno de sus hermanos, científico, que vive en Canadá y está de visita en Buenos Aires.

En familia pasó Filmus sus últimos momentos como candidato para jefe porteño. Hoy por la mañana votó cerca de las 11 y se recluyó en el Centro Cultural de San Telmo, Caras y Caretas, a esperar el resultado de las elecciones.

Fuente: Por Maia Jastreblansky y Mauricio Giambartolomei
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