Daniel Osvaldo no puede creer lo que vivió el miércoles. “Tuve sensaciones encontradas”, dice. Fue muy emocionante todo lo que me pasó el miércoles, de hecho después del partido tuve sensaciones encontradas. No me salió gritar los goles, fue muy raro, estaba contento y triste al mismo tiempo”. Daniel Osvaldo, el verdugo de Boca, todavía no puede creer todo lo que le sucedió en el amistoso. Enfrentar al club del que es hincha, hacerle dos goles y tener enfrente a los jugadores que admiró toda su vida no es algo que suceda todos los días. “Román y Schiavi eran mis ídolos desde muy chico. De Riquelme tenía empapelada toda mi habitación, estaba llena de fotos de él”, le cuenta a Olé el punta, que revela que la relación con el 10 no es nueva: “Lo conocí en un entrenamiento de la Selección, por intermedio de mi representante. Aquella vez estuve hablando un rato con él y me regaló su camiseta de Argentina. Esta vez se la fui a cambiar yo. Todos mis amigos me la piden, pero esperé 25 años para cambiársela, esta no me la saca nadie, je”, cuenta.
Luego del partido, el delantero se acercó al vestuario visitante para saludar a sus rivales y reconocer que el penal había sido inventado. “Hubo un poco de picardía argentina en esa jugada”, explicó Daniel, quien además aprovechó para sacarse una foto con Riquelme y algunos otros jugadores. Semejante fanatismo por el club hacen que el jugador pretendido por el Atlético Madrid quiera tener en algún momento de su carrera la experiencia de vestir los colores que ama: “Quiero volver al fútbol argentino. Y si se llega a dar la posibilidad de jugar en Boca, sería un sueño para mí“, dice muy ilusionado.
El punta que la está rompiendo en el fútbol español tuvo un paso por una selección juvenil italiana, aunque ese hecho no le impediría vestir la camiseta argentina, otra de las posibilidades que le quita el sueño. “Daría cualquier cosa por tener la chance. Prefiero un partido en la Selección antes que jugar un Mundial para Italia. Sería increíble”, concluyó.
Fuente: Olé