Un clima político que favorece a la oposición

La derrota del kirchnerismo en Santa Fe no anticipa un resultado nacional, pero sigue creando un clima más favorable hacia la oposición. El ojo crítico del titular del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, Rosendo Fraga, analiza las consecuencias políticas de la victoria socialista en la provincia litoraleña.
* Por Rosendo Fraga

La derrota del kirchnerismo en Santa Fe no anticipa un resultado nacional, pero sigue creando un clima más favorable hacia la oposición. La idea de Cristina ya ganó, que había logrado instalar el oficialismo nacional, hoy está en cuestión. No es que la oposición va a ganar, sino que podría llegar a ganar. El fenómeno Del Sel es provincial y no nacional. Respecto a la elección de gobernador de 2007, el socialismo -que ha ganado- obtuvo 10 puntos menos y el kirchnerismo 17. Esto implica que Del Sel si bien ha tomado más votos del peronismo que del kirchnerismo, los captó de ambas fuerzas. Que Reutemann días antes de la elección haya dicho que él no votaba por Rossi porque era peronista y no kirchnerista, además de contribuir a explicar el resultado, confirma la tensión entre ambas expresiones políticas, que se ha potenciado después de que Cristina eligió sus candidatos sin tener en cuenta las estructuras políticas y sociales. Que para legisladores provinciales el Frente para la Victoria haya obtenido un resultado sensiblemente mayor que para gobernador es una evidencia más de esta tensión. Del Sel se alinea a nivel nacional con el PRO, que además de no tener fórmula presidencial no presenta candidatos a gobernador en ningún distrito, con lo cual no puede capitalizar el éxito en el corto plazo, aunque sí ayuda a Macri para la segunda vuelta de la elección de Jefe de Gobierno del próximo domingo. Pero apoyó explícitamente la candidatura de Duhalde para la elección presidencial. Que haya ganado el socialismo no ha sido la sorpresa, pero sí el buen resultado del PRO y que el kirchnerismo haya quedado relegado al tercer lugar. De ahora en más Duhalde -el candidato a Vicegobernador de Del Sel está alineado con él- tratará de lograr el apoyo de Macri y de Reutemann para su candidatura presidencial.

El triunfo de Macri en la segunda vuelta del próximo domingo es casi un hecho; la cuestión es por cuántos puntos lo hará. El Jefe de Gobierno porteño sigue aplicando la estrategia -que es universal- de que para ganar la elección, sea un candidato de derecha o de izquierda, hay que moderarse y correrse al centro. Filmus ahora intenta hacer lo mismo, pero el discurso nacional del kirchnerismo sigue siendo confrontativo. Al entrar en la segunda vuelta, el oficialismo nacional planteaba que alcanzar el 40% de los votos era un éxito; ahora ha reducido su objetivo al 35%, argumentando que con dicho porcentaje se logra 40% para la candidatura presidencial de Cristina en el distrito. Macri trata de evitar el triunfalismo, con proyecciones que le dan entre 60 y 65%. La diferencia a su favor probablemente estará entre 20 y 30 puntos. Como sucede con Santa Fe, este resultado favorece a una fuerza política como el PRO, que no se presenta a nivel nacional. Pero el triunfo de Macri deja planteada la cuestión de si intentará jugar un rol como elector en la elección presidencial, apoyando a un determinado candidato. No lo hará antes del 31 de julio, pero puede hacerlo para las primarias del 14 de agosto, convertidas de hecho en una preelección y en una suerte de interna abierta de la oposición.

El 7 de agosto se realizan las elecciones de gobernador en Córdoba, donde el kirchnerismo se ha quedado sin candidato. La justicia electoral ha confirmado que el peronismo cordobés no puede poner su lista de candidatos a diputados nacionales con la fórmula presidencial del Frente para la Victoria, lo que profundiza su diferencia con la Casa Rosada. El resultado de Córdoba, como el de Santa Fe, mostrará que el kirchnerismo no se ha reconciliado con el campo, pese a los buenos precios y el crecimiento económico. En Córdoba -que como Santa Fe elige gobernador por mayoría simple- ganaría De la Sota, que no lleva candidato presidencial -igual que sucedió con Del Sel-, secundado por el candidato de Binner (Juez) y el de Alfonsín (Aguad). Lo que está claro es que el 7 de agosto no habrá en Córdoba triunfo del kirchnerismo. Córdoba, como la Ciudad de Buenos Aires y Santa Fe, confirma que se inclina hacia la oposición, como los distritos más chicos evidencian más apoyo para el oficialismo nacional. Ello fue una constante tanto en la elección de 2007 como en la de 2009. Lo que cambia es la provincia de Buenos Aires, que cuatro años atrás definió el triunfo para el oficialismo nacional y dos años después para la oposición. La provincia de Buenos Aires es ahora aún más vital para Cristina Kirchner que hasta comienzos de este mes.

Las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias del 14 de agosto serán una preelección nacional y una interna entre las fuerzas opositoras. Entre el 60 y 65% del electorado sabe que hay que votar en dicha fecha. En los días que restan es posible que llegue a saberlo cerca del 80%. Votando en las elecciones nacionales algo más del 70%, podría votar en estas primarias un 10% menos, pero ello implicaría cerca de dos tercios del padrón electoral nacional. Sólo tres provincias tienen el mismo día interna para los cargos locales y una de ellas es la provincia de Buenos Aires. En este distrito se pondrá en evidencia el grado de cohesión o conflicto existente entre el peronismo y el kirchnerismo. El porcentaje que obtenga el oficialismo nacional aumentará o disminuirá la impresión de que gana el 23 de octubre. A su vez el candidato opositor que quede segundo -hoy esta disputa está entre Alfonsín y Duhalde- pasa a tener la posibilidad de polarizar el voto opositor frente al kirchnerismo, captando gran parte de los votantes de las otras fuerzas enfrentadas con el gobierno nacional. Cuanta menos gente vote, más peso tienen los aparatos políticos y hoy no está del todo claro cómo jugará el peronismo tradicional. Al no haber interna para elegir candidatura presidencial en ninguna fuerza, en los hechos esta interna puede generar una elección de tres vueltas.

En conclusión: el fenómeno Del Sel no se proyecta al ámbito nacional, pero la elección de Santa Fe confirma que el voto del campo sigue siendo reacio al kirchnerismo y que éste sufre tensiones con el peronismo; la segunda vuelta de la elección porteña, que Macri ganaría en forma contundente, dejará planteada la cuestión de si él juega o no un rol como elector en las primarias y la elección presidencial; en Córdoba el oficialismo nacional no tiene candidato y gane quien gane, será un resultado que favorecerá a la oposición; por último, las primarias obligatorias del 14 de agosto se han convertido en una preelección nacional y en una interna abierta de la oposición, realizándose también en la provincia de Buenos Aires.
Fuente: www.agenciacna.com