Arrancan las rebajas en ropa, con ofertas de hasta el 50%

Si bien la liquidación empieza el 1° de agosto, muchos comercios ya empezaron a ofertar su stock. Para defensores de los consumidores, los precios estaban inflados. Las promociones oscilan entre el 10% y el 50%.

Aunque por ley las liquidaciones de indumentaria sólo pueden arrancar el 1° de agosto, las primeras “rebajas” -de hasta el 50%- ya aparecen en la mayoría de las vidrieras. Y eso que recién pasó la mitad del invierno. En promedio, los descuentos rondan el 30%, pero arrancan en el 10% y llegan al 50%. Según las cámaras del sector, es una manera de bajar precios que estaban muy inflados y alcanzar valores “normales”.

No se trata de una liquidación anticipada, sino de un ajuste de precios en un rubro que había tenido incrementos de entre el 20 y el 25%. En este sentido, para Héctor Polino, de la asociación Consumidores Libres, los descuentos “ponen de manifiesto los altos precios que se estuvieron aplicando hasta ahora”. De todas maneras, desde la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria justifican los aumentos por los costos de producción y los costos comerciales: según el sector, a principio de temporada, los precios se ajustaron un 15%.

Como la ley que regula las liquidaciones en la Ciudad prevé disminuciones en los valores de venta dentro de un marco puntual, como una promoción. En ese caso, las prendas deben estar claramente separadas del resto y con la oferta bien especificada.

“Lo que es llamativo es que algo que antes costaba $100, ahora salga $30. Es mucha diferencia. Yo siempre recomiendo que compren en liquidación y guarden hasta el año siguiente, pero muchas veces tenés que comprar, por ejemplo, para los chicos”, señaló a La Razón Sandra González de Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la Argentina (Adecua). Y agregó: “Se ve muy marcado en los zapatos y botas. Pasan de $700 a $300. Y en dos semanas van a bajar de precio más todavía”. Para que las ofertas sean más transparentes, González opina que las prendas deberían tener los mismos precios siempre y los descuentos deberían ser aplicados a la hora de pagar. Es una manera de que el comprador pueda comparar y que la promoción no sea tramposa.

Fuente: La Razón