Ya se puede visitar el primer Museo del Juguete del país, en San Isidro. Es una colección que va de los años 30 a los 80 y que cuenta con 500 piezas: Pelota Pulpo, muñeca Marilú, la rayuela, balero, juegos de mesa y más…
Los padres pueden contarles -y mostrarles- a los chicos con qué se divertían, cuáles eran sus pasatiempos y qué los entretenía cuando no existía la Nintendo Wii ni la PlayStation 3. Era otra época, claro. Epoca de balero, pelota Pulpo y muñeca Marilú. Era una época sin botones ni “game over”. Era una época que ya pasó, pero que ahora se puede recrear en el primer Museo del Juguete del país, que abre sus puertas de miércoles a domingo en San Isidro.
Los nostálgicos que visiten la expo (la entrada vale $2) estarán en su salsa. La mayoría de los juguetes son de 1930 a 1980, y hay más de 500 en exposición, en un ambiente preparado para la imaginación y los recuerdos. Hay herramientas, tractores, grúas y camioncitos por un lado y juegos de mesa por el otro, como El Estanciero, el Ludomatic y el Cerebro Mágico.
La idea surgió del médico y artista plástico Jorge Meijide (Meiji), mientras que una gran cantidad de objetos fueron donados por Ricardo Olivera Wells, asesor y nexo con coleccionistas. En la inauguración, también estuvo presente el intendente de San Isidro, Gustavo Posse: “Hace ya unos cuantos años Meiji nos propuso crear un lugar donde los chicos pudieran ver cómo eran los juguetes que usaban sus padres y abuelos. Y de a poco le fuimos dando forma hasta llegar al día de hoy, en el que finalmente inauguramos este museo”.
La muestra está dividida en cinco salas: la primera es de “Bienvenida”; la segunda es “Jugar con nada/Jugar con todo”, donde se puede disfrutar de aquellos juegos tradicionales y populares de calle y vereda; la tercera fue bautizada como “Construir y destruir”, referida a juegos y juguetes para armar y otros de guerra; el cuarto espacio se llama “El Universo mi casa”, que ofrece entretenimientos para quedarse en el hogar y la última sala lleva el nombre de “Trabajar y Descansar”.
También hay un espacio para talleres de juguetes, juegos del mundo, tecnología y arte, juegos originarios y coloniales, talleres de juguetes caseros y ciclos de cine.
Fuente: La Razón