Condenaron a prisión perpetua al marido de Andrea Pajón

Claudio Sartal fue condenado a prisión perpetua por el Tribunal Oral Criminal 3 de Morón al ser considerado instigador del crimen de su esposa, que fue asesinada en agosto de 2008 en Castelar. Los jueces lo encontraron culpable del delito de «homicidio triplemente calificado por el vínculo, promesa remuneratoria y la participación de dos o más personas». Aún continúa la investigación para dar con los autores materiales del hecho.

El Tribunal Oral Criminal (TOC) 3 de Morón condenó a Claudio Sartal a prisión perpetua al ser considerado instigador del crimen de su ex mujer, la docente Andrea Pajón, atacada a balazos en Castelar.

Sartal fue condenado por el delito de «homicidio triplemente calificado por el vínculo, promesa remuneratoria y la participación de dos o más personas».

Al mismo juicio había llegado acusado de la autoría material del crimen Gabriel Varas, quien no fue acusado por la fiscalía.

Tras la lectura del veredicto, el Tribunal ordenó la «inmediata detención» de Sartal y además hicieron saber que continúa la investigación para hallar al autor material del crimen.

El TOC 3 de Morón, integrado por los jueces Diego Bonano, Raquel Lafourcade y Moralejo Rivera, hizo lugar al pedido de los fiscales Hernán Alarcón y Adrián Ferreyra, que habían pedido la condena para Sartal pero no habían acusado a Varas, quien había llegado al juicio imputado de haber sido el autor material del crimen de Pajón.

Tras los alegatos, Sartal pronunció sus «últimas palabras» en las que reiteró su inocencia.

Durante el juicio declaró como testigo la madre de la víctima, María Ofelia Fernández de Pajón, y el hijo mayor de Sartal y la docente, Leandro, de 26 años, quienes dijeron creer que el acusado había mandado matarla porque tenían una mala relación.

El hecho ventilado en el debate ocurrió el 27 de agosto de 2008 cuando Pajón (39) salía junto a su hijo menor, que entonces tenía 13 años, de su casa de la calle Pasadores al 3600, del barrio San Juan, en Castelar Sur.

En ese momento, dos hombres se le acercaron y, sin mediar palabra, uno de ellos la arrojó al suelo, le apoyó un arma de fuego en la cabeza y le disparó dos veces a la altura del oído. Los agresores escaparon sin robar nada, en tanto que la víctima fue trasladada a un hospital donde murió un día después.

Fuente: InfoRegión