Un estudio privado confirmó la desaceleración de los aumentos de precios registrados en el rubro alimentos. De acuerdo con el relevamiento que realiza desde hace más de quince años la asociación de consumidores Adelco, en mayo la canasta de alimentos de primera marca registró una baja del 3,3%, aunque en el último año acumula un alza del 17,1 por ciento.
Según Adelco, el costo de la canasta de productos de primera marca se redujo de 305,85 a 295,59 pesos en junio, mientras que otro grupo de alimentos y bebidas de las marcas más baratas tuvo una baja del 1,7%.
Las bajas del mes fueron lideradas por los alimentos frescos como zanahoria (-21,8%), cebolla (-17,6%) y algunos cortes de carne, como la nalga para milanesa (-13,2 por ciento).
Por su parte, se registraron algunas subas en los precios de la papa (12,3%), jabón de tocador (9,8%) y huevos (6,8 por ciento).
En Adelco, igualmente, aclararon que su medición a la baja se puede haber visto influida por la «gran cantidad de ofertas» que fueron relevadas en los supermercados que participaron de la muestra.
La desaceleración en los precios de los alimentos ya había sido anticipada por las principales consultoras que miden la inflación. Por tercer mes consecutivo, los estudios privados destacaron que el costo de vida en junio se ubicó por debajo del 1,5%, lo que implica una baja en relación con el promedio del primer trimestre del año.
Problema en puerta
Las perspectivas para lo que resta del año, sin embargo, no son tan optimistas. La principal preocupación está puesta en lo que pueda pasar con el precio del pan y el resto de los productos farináceos, en la medida en que se generalice el conflicto entre el Gobierno y los molinos harineros. Estos últimos le están reclamando al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, la cancelación de deudas por más de $ 2000 millones en concepto de subsidios a la producción de harina. Y en la medida en que no logran destrabar los pagos, ya empezaron a vender la harina con aumentos de entre 20 y 50 por ciento.
Las federaciones que reúnen a las panaderías y a las principales empresas fabricantes de alimentos reconocieron que la situación es cada vez más insostenible y alertan que si no se llega a un acuerdo en el corto plazo se verán obligadas a trasladar las subas en el costo de la harina a los precios al público. En algunas plazas los aumentos ya están llegando al público y el precio del kilo de pan se acercó peligrosamente a los 10 pesos.
Fuente: La Nación