Joaquín Bustos Fierro, de 10 años, uno de los chicos de la familia cordobesa por los que se puso en marcha una campaña nacional para lograr su operación en Estados Unidos, recibió exitosamente ayer la transfusión de médula ósea de su hermana mayor. Javier Bustos Fierro, el padre de los chicos, confirmó anoche que el trasplante de Joaquín salió “muy bien” y que ahora resta esperar entre 20 y 30 días “para saber si la médula prende. Gracias a Dios ha salido todo muy bien”, dijo.
El niño padece adenoleucodistrofia, una enfermedad neurodegenerativa que afecta al sistema nervioso central. Si bien no tiene cura, con un trasplante de células de la médula puede detenerse el avance.
“Ahora queda internado, entre 30 y 40 días, y luego tenemos que hacer consultas ambulatorias durante tres o cuatro meses más”, indicó el padre. “Estamos muy agotados, pero es una alegría inmensa poder compartirlo con toda la gente que nos ha ayudado”, señaló Javier, y agregó que Sofía (12), hermana y donante, también está “muy bien”.
El 5 de julio comenzará el tratamiento de Agustín (14), el otro hijo que tiene la misma enfermedad. “En Estados Unidos localizaron tres donantes compatibles, a uno ya le están haciendo los estudios”, explicó.
Fuente: La Razón