Robaron en un almacén y luego cruzaron al maxiquiosco de Dardo Molina, que quiso defenderse con un arma. Antes de que lo lograra, uno de los ladrones le pegó un tiro en la cabeza. Aún no hay detenidos. Motochorros dejan en coma al dueño de un negocio.
Conmocionados y con bronca, unos 1.000 vecinos de Mar del Plata marcharon para protestar y exigir medidas de seguridad . La causa fue la misma que tantas otras veces: el ataque a tiros a un comerciante durante un asalto, en un barrio de las afueras de la ciudad. El hombre, que tiene 42 años y es padre de tres hijos, quedó en coma, en un cuadro de suma gravedad. Los motochorros que lo balearon permanecían prófugos al cierre de esta edición.
El ataque se produjo a las 20.30 del miércoles. Uno de los ladrones esperó en la moto –una Honda 125 roja, según testigos– en la transitada esquina de avenida Luro y Caraza (ó calle 190), mientras su cómplice asaltaba a dos comercios de la misma esquina . Primero entró en el almacén “San Antonio” y amenazó a Angel Antonio Pezzente, de 84 años, quien le entregó todo lo que tenía en la caja. “Se llevó unos doscientos y pico de pesos. Yo le di todo, como hago siempre ”, contó a Clarín . Diez veces fue asaltado.
El asaltante salió del almacén y cruzó la calle rumbo al negocio de enfrente: el maxiquiosco que Dardo Molina abrió hace once años y que bautizó “Silvia”, en homenaje a su esposa. El comerciante estaba solo y percibió enseguida que iba a ser asaltado. Pero el ladrón también hizo una rápida lectura de sus movimientos y se dio cuenta de que Molina se inclinaba para tomar su arma, que tenía a mano en el mostrador .
El motochorro no le dio tiempo a nada: le disparó a menos de dos metros de distancia con una pistola 9 milímetros. Tres vainas quedaron en el lugar. Molina no alcanzó a disparar su revólver calibre 32; lo empuñaba al caer.
Silvia (37), su mujer, estaba en ese momento con una de sus hijas en un local contiguo, que abrió hace ocho días para vender especias sueltas. Con un vecino, detuvo a una ambulancia que casualmente pasaba por el lugar y llevaron a Molina al Hospital Interzonal. Allí lo operaron para extraerle de la cabeza una bala que le dio en la frente. Anoche su estado era crítico .
A las nueve de la noche del miércoles, los vecinos comenzaron a reunirse en esta esquina del barrio Coronel Dorrego, a unos 8 kilómetros del centro de la ciudad. En esa zona, en los últimos dos años fueron asesinados el taxista Javier Sampino (32), en un robo; y la jubilada Angela Manzo de Ricciuto (77), en un asalto a su casa.
Los robos, relataban los vecinos ayer, son cosa de todos los días .
El oeste de la ciudad amaneció empapelado con la convocatoria para una marcha en la tarde de ayer, en la esquina del comercio de Molina. Cientos de taxis llevaban el pedido de Justicia en afiches pegados en la luneta.
Puntuales, a las cuatro, unos mil vecinos marcharon por la avenida Luro. Silvia y sus tres hijos –Rocío (18), Romina (20) y Ezequiel (23), que además de estudiar colaboran en la atención de los comercios– encabezaron la columna. Antes, la mujer protestó frente al comisario Osvaldo Castelli, jefe de la Policía de Mar del Plata. “Si es que hay una plan de seguridad, no funciona, señor . ¿Se da cuenta de que no funciona? Hagan algo”, le gritó, sin parar de llorar, casi sin voz.
Las quejas de los vecinos incluyeron la labor de la Prefectura Naval , que llegó a Mar del Plata para colaborar con la Policía Bonaerense. “Sólo hacen operativos de tránsito”, decían los manifestantes.
La caminata siguió hacia la rotonda de Luro y Champagnat, donde se interrumpió el tránsito. La esposa y los hijos de Molina abandonaron allí la marcha de la columna, que ocupaba cuatro cuadras: tuvieron que regresar al hospital, donde el comerciante fue intervenido nuevamente .
Fuente: Clarín