La obra más polémica de los últimos tiempos ya está lista para ser inaugurada. El Vial Costero de Vicente López, un camino paralelo a la avenida Del Libertador que fue cuestionado en varias oportunidades por los vecinos de la zona, finalmente tendrá su bautismo mañana, desde las 11.
Será una nueva arteria para que los autos eviten el tránsito de Del Libertador, pero que sólo funcionará los días hábiles. Los fines de semana y los feriados, vallado mediante, el Vial se convertirá en peatonal. Por eso, los autos recién podrán usarlo desde el martes, tras el feriado por el Día de la Bandera.
Denominado “Raúl Alfonsín”, en honor al fallecido ex presidente, este circuito cuenta con casi 25 cuadras desde Laprida hasta Hipólito Yrigoyen. Y además tendrá accesos por Roca y Urquiza.
Coches, camionetas, motos y hasta bicicletas -habrá bicisenda- podrán ir y venir por el trazado, pero no se permitirá el ingreso de camiones. También existe un espacio disponible para el estacionamiento de autos en paralelo al río. La obra se completa con siete estaciones de descanso, que se acoplan al parque del Paseo de la Costa, con iluminación, bicicleteros, bebederos, bancos, meses y cámaras de seguridad que funcionarán las 24 horas.
Desde el Municipio de Vicente López prometieron una inauguración con bombos y platillos. Para festejar la apertura, las autoridades organizaron un gran desfile de autos antiguos. El evento comenzará a las 11, con salida en la esquina del nuevo camino costero e Hipólito Yrigoyen. “Habrá una exposición y desfiles de autos clásicos y antiguos, motos y diversas performances de alumnos de los talleres de clown, zancos, arte y entorno, magia, teatro y tango, entre otras disciplinas”.
En su momento, los vecinos que intentaron interrumpir la obra habían argumentado la destrucción del espacio verde. Es que allí donde hoy se ve asfalto antes se ubicaba el Bosquecito, un predio de árboles añosos que quedó disminuido por la iniciativa. Desde la Comuna avisaron: “Ya terminó la obra y hoy hay más verde que antes”.
Aun así, asociaciones vecinales se quejan por la contaminación del río y las torres que se están construyendo en los extremos del polémico trazado..
Fuente: La Razón