Un brindis de Primera

Arsenal ganó, se evitó jugar la Promoción y se metió en el lote de los que ingresan a la Sudamericana. Colón volvió a caer de local y los hinchas explotaron. Hot.

Respire Arse, respire…

No bien Sergio Pezzotta pitó el final, los jugadores de Arsenal salieron despedidos hacia la tribuna visitante para celebrar el triunfo con los 200 hinchas que viajaron desde Sarandí. Con mezcla de euforia y alivio, los jugadores se unieron en un abrazo y cantaron “la Promoción, la Promoción, se va a la p… que lo parió”. Fue un desahogo, calma para un equipo que sorteó la Promo y ahora se ilusiona con clasificar a la Sudamericana. ¡Aplausos! La visita entendió cómo plantear el encuentro. Fue práctico y efectivo. Jugó asociado y manejó los tiempos. Obolo ganó siempre, de arriba y de abajo, los centrales (López y Aguilar) sacaron todo, Ortiz fue la rueda de auxilio y Blanco debutó en la red. Enganche por aquí, cambio de pierna y a cobrar. 1-0 antes de ir a vestuarios. En el segundo tiempo, le faltó profundidad y serenidad para aumentar el marcador, pero le alcanzó para quedarse con tres puntos fundamentales.

¿Por qué le alcanzó? Por inteligencia y porque Colón fue su antítesis. Mientras Arsenal festejaba con su gente, los jugadores del Negro salieron de la cancha cabizbajos y con los tímpanos rotos. “La camiseta del Negro se tiene que traspirar…” o “jugadores la c… de su madre a ver si ponen huevos, no sean tan cobardes…”, retumbó desde la tribuna y plateas. El equipo repitió en su estadio la triste imagen de los últimos tiempos, razón por la cual cerró la peor temporada de local desde su retorno a Primera, en 1995 (ganó dos, empató uno y perdió siete). Muchas dudas, pocas ideas, nada de juego. Encima Sciacqua le pifió y sacó a Ledesma, el más claro. ¿El resto? Garcé intentó apagar los incendios pero siguió de largo en el gol de Blanco, Moreno corrió para todos lados y Prediger mordió hasta donde pudo. Nada más. La inclusión de juveniles (Alario debutó ayer, Luque, Lessman y Mugni esta temporada) tampoco rindieron, pero sería injusto tirarles la responsabilidad a ellos. El conjunto no responde, está tibio. Y pensar que el plantel se armó para pelear por algo grande. Lo ideal sería cerrar el torneo cuanto antes, tomarse vacaciones y oxigenar la cabeza.

En definitiva, Arsenal celebra y disfruta la victoria que le permitió zafar de la Promo y soñar con la Copa. En Colón, mientras tanto, deberá hacer un mea culpa y empezar ya mismo a pensar en un equipo competitivo para evitar complicaciones en el futuro.

Fuente: Olé