Zagreb (Croacia), 6 Jun. 11 (AICA)
El Santo Padre, Benedicto XVI presidió este domingo, en Zagreb, la Jornada Nacional de las familias católicas croatas. El encuentro fue en el hipódromo de Zagreb, situado a 8 kilómetros, en la orilla del río Sava. El hipódromo tiene una capacidad para 300.000 personas.
Una vez llegado al hipódromo, el pontífice dio una vuelta en papamóvil entre la multitud para acercarse al palco del altar. El palco tiene forma de dos manos; una protege la fuente de la vida eterna, es decir, el altar como punto de encuentro humano-divino en Cristo, mientras la otra mano forma el tejado símbolo de la acción pneumatológica y de la presencia del Espíritu de Dios en la Iglesia.
El Papa, hizo un llamado a los padres de familia a esforzarse «siempre en enseñar a rezar a sus hijos, y rezar con ellos; acercarlos a los Sacramentos, especialmente a la Eucaristía, introducirlos en la vida de la Iglesia; no tengan miedo de leer la Sagrada Escritura en la intimidad doméstica, iluminando la vida familiar con la luz de la fe y alabando a Dios como Padre. Sean como un pequeño cenáculo, como aquel de María y los discípulos, en el que se vive la unidad, la comunión, la oración».
«Hoy, gracias a Dios, muchas familias cristianas toman conciencia cada vez más de su vocación misionera, y se comprometen seriamente a dar testimonio de Cristo, el Señor. Como dijo el beato Juan Pablo II: ‘Una auténtica familia, fundada en el matrimonio, es en sí misma una buena nueva para el mundo’. Y añadió: “En nuestro tiempo son cada vez más las familias que colaboran activamente en la evangelización… En la Iglesia llegó la hora de la familia, que es también la hora de la familia misionera».
En la sociedad actual, resaltó el Papa Benedicto XVI, «es más que nunca necesaria y urgente la presencia de familias cristianas ejemplares. Constatamos desafortunadamente cómo, especialmente en Europa, se difunde una secularización que lleva a la marginación de Dios de la vida y a una creciente disgregación de la familia».
«Junto a la palabra de la Iglesia, es muy importante el testimonio y el compromiso de las familias cristianas, su testimonio concreto, especialmente para afirmar la intangibilidad de la vida humana desde la concepción hasta su término natural, el valor único e insustituible de la familia fundada en el matrimonio y la necesidad de medidas legislativas que apoyen a las familias en la tarea de engendrar y educar a los hijos».
«Queridas familias, ¡sean valientes! No cedan a esa mentalidad secularizada que propone la convivencia como preparatoria, o incluso sustitutiva del matrimonio. Enseñen con su testimonio de vida que es posible amar, como Cristo, sin reservas; que no hay que tener miedo a comprometerse con otra persona».
El Santo Padre, también animó a las familias a alegrarse «por la paternidad y la maternidad. La apertura a la vida es signo de apertura al futuro, de confianza en el porvenir, del mismo modo que el respeto de la moral natural libera a la persona en vez de desolarla. El bien de la familia es también el bien de la Iglesia».
Y finalmente el Pontífice reiteró que “la edificación de cada familia cristiana se sitúa en el contexto de la familia más amplia, que es la Iglesia, la cual la sostiene y la lleva consigo. Y, de forma recíproca, la Iglesia es edificada por las familias, ‘pequeñas Iglesias domésticas’. Roguemos al Señor para que las familias sean cada vez más pequeñas Iglesias y las comunidades eclesiales sean cada vez más familia».+
Fuente: AICA