Sobreprecios en la refacción de las estaciones

Se trata de un programa diseñado por Ricardo Jaime y que ahora lleva adelante el ministerio de Planificación Federal. Se estaría pagando hasta 160% más que lo pautado.
Importantes sobreprecios se habrían pagado en la realización de mejoras en los entornos de acceso a las estaciones ferroviarias de distintas localidades del Conurbano, que lleva adelante el Gobierno nacional y que son financiadas con una ampliación crediticia de 132 millones de dólares otorgada por el Banco Mundial.

Se trata del denominado Proyecto de Transporte Urbano de Buenos Aires (PTUBA), que comenzó a instrumentar Ricardo Jaime cuando era secretario de Transporte y que ahora lleva adelante el ministerio de Planificación Federal.

“Es una maniobra escandalosa desde todo punto de pista, dado que se está pagando hasta 160 por ciento más de lo que el propio Gobierno anunció en el año 2008, cuando se presentó el programa”, afirmó ante La Tecla Walter Martello, titular de la bancada de la Coalición Cívica en la Cámara de Diputados bonaerense.

El plan de obras en cuestión abarca tareas de mejoras en los entornos de acceso a las estaciones ferroviarias ubicadas en el área metropolitana, que fueron divididas en dos zonas.

La zona 1 comprende Avellaneda (estaciones de Villa Domínico y Wilde), Quilmes (Bernal y Don Bosco), Berazategui (Plátanos y Villa España), San Vicente (Alejandro Korn) y Almirante Brown (Rafael Calzada y José Mármol).

La zona 2 abarca Ezeiza (estaciones de Ezeiza y Tristán Suárez), Esteban Echeverría (El Jagüel y Luis Guillón); La Matanza (Isidro Casanova, Marinos del Fournier, Ingeniero Brian, Madero, González Catán y Rafael Castillo) y Lomas de Zamora (estaciones Lomas de Zamora, Llavallol y Temperley).

Al comparar los montos que se informaron en los spots publicitarios de hace dos años (http://www.minplan.gov.ar/ html/media/?video=4) con los que se leen en los carteles de obra y con los números de los informes finales realizados por la secretaría de Transporte de la Nación (publicados en la página web del organismo), aparece una marcada desproporción, que no encuentra justificativos razonables.

Por ejemplo, cuando se anunció el llamado a licitación para la zona 1, el área de Transporte informó que la cifra estimada de inversión iba a ser de 32 millones de pesos.

Sin embargo, en los carteles de obra el monto asciende a 53,9 millones, mientras que el último reporte de ese organismo indica que se gastarán 65 millones; es decir, 103 por ciento más que lo anunciado en 2008.

La desproporción en la zona 2 es aún peor. Mientras que en el año 2008 se informó que se iban a gastar, proximadamente, 38 millones de pesos, en los carteles de obra aparece una cifra muy superior ($ 74.780.069).

Además, la secretaría de Transporte, en su informe final habla de 99.456.165 pesos: un 160 por ciento más que lo anunciado en un principio.

Martello remarcó que, “en promedio, se están gastando 7,5 millones de pesos en cada estación, cuando se trata de obras que constituyen un simple maquillaje, que no justifica semejante inversión de dinero”.

El legislador explicó que “intervienen varias empresas, cercanas a la administración kirchnerista (como IECSA y Eleprint, que están salpicadas en otros casos judiciales, como las dádivas otorgadas a Jaime y el caso Skanska) y al gobierno de Daniel Scioli”.

Martello opinó: “Es evidente que la salida de Ricardo Jaime del Gobierno, en 2009, quien está procesado, no modificó en nada la matriz de corrupción en lo que se refiere a los planes de obra pública. Estos planes, en lugar de apuntar a solucionar los graves problemas de infraestructura urbana que existen en la Provincia, sólo buscan beneficiar a un grupúsculo de amigos del poder”.

Según informó el Ejecutivo nacional, las obras -muchas de las cuales tenían plazo de finalización en los primeros meses de 2011- contemplan mejoras en veredas, en calzadas de la red vial, reemplazo de refugios de paradas, rampas para discapacitados, bicisendas, refugios para guardas de bicicletas, señalización vial, semaforización, iluminación y reparaciones de pasos a nivel aledaños a las estaciones.

Lo cierto es que el monto del dinero destinado poco tiene que ver con la magnitud de los arreglos realizados, que, a grandes rasgos, consisten en trabajos menores, que no mejoran el deficiente servicio de los trenes en el Gran Buenos Aires.

El Proyecto de Transporte Urbano de Buenos Aires pudo haber modificado en cierta medida la realidad del sistema ferroviario, en el que diariamente miles de personas viajan en pésimas condiciones, pero, una vez más, los manejos poco claros de fondos estatales empañaron el desarrollo de una iniciativa vinculada a mejorar la vida de quienes menos tienen.
Autor de Nota: La Tecla