Bulacio: un caso emblemático de brutalidad policial e impunidad

El 19 de abril de 1991, Walter Bulacio, de 17 años, fue arrestado cuando intentaba entrar al estadio Obras para ver a los Redonditos de Ricota. Una semana después murió en un hospital por los golpes que recibió en la Comisaría 35.

Veinte años pasaron de la muerte de Walter Bulacio, el pibe de Aldo Bonzi que un 19 de abril fue detenido durante una razzia en las inmediaciones del estadio Obras, donde había llegado para ver un recital de los Redonditos de Ricota. Al momento de morir, Walter tenía 17 años: tres menos de lo que lleva una causa que hoy no tiene un solo detenido y que todavía ni siquiera fue a juicio.

Por entonces, Walter cursaba 5º año en el Nacional Rivadavia y, para pagarse el viaje de egresados, trabajaba como caddie en el Campo Municipal de Golf. El día del recital llegó a Núñez junto a un grupo de chicos de su barrio. Los que ya tenían sus entradas se pusieron en la cola. Los que no, se afligieron al ver que estaban agotadas. Como Walter tenía algo de plata que le había dado su abuela, se puso con un amigo a buscar una reventa. El contexto no era el mejor: la zona estaba surcada por un operativo policial gigantesco, contratado por la organización del show como “servicios adicionales”. Así y todo, rodeando la reja de Obras ambos encontraron un hueco por donde entrar. Pero el entusiasmo les duró poco: minutos después eran subidos a un micro por personal policial y llevados con otros 72 chicos a la Comisaría 35ª a cargo del jefe del operativo, comisario Miguel Ángel Espósito.

Con el paso de las horas, los detenidos fueron clasificados por edad y sexo. Los once menores que compartieron celda con Walter contarían luego que desde el principio él se quedó muy quieto en un rincón. “Tenía frío –dijeron– y estaba asustado.” Era la primera vez que lo detenían. Los chicos fueron siendo retirados por sus padres, hasta que al amanecer sólo quedaban dos pibes y Walter, que indudablemente no estaba bien. No podía pararse, apenas hablaba, y para cuando vomitó los otros dos empezaron a llamar al guardia. A eso de las 11 de la mañana, sin notificar a los padres ni al juez de menores de turno, Walter era internado de urgencia en el Hospital Pirovano.

Fuente: El Argentino