A pesar de la su lentitud, la Justicia siempre llega, lo que se pudo ver claramente en el día de ayer con la prisión perpetua dictada a Luis Abelardo Patti por la comisión delitos de lesa humanidad cometidos en la última dictadura militar. Enseñanzas políticas que deja de cara al futuro el encarcelamiento del ex intendente de Escobar.
Los defensores del oficialismo suelen señalar como uno de los motivos centrales de esa defensa a rajatabla del modelo iniciado en mayo del 2003, la política de Derechos Humanos asumida por Néstor Kirchner y continuada por Cristina Fernández, lo que le ha llevado a ganar innumerable cantidad de adeptos de los círculos más progresistas de la Argentina.
La fiebre patagónica que acabó con la anulación de las leyes de impunidad que habían sido reglamentadas durante el alfonsinismo, y terminó además con los terribles indultos a los máximos responsables de las atrocidades cometidas en los ‘70 que había dictado Carlos Menem en su presidencia, lo que llevó a que el kirchnerismo cooptara a diversos grupos defensores de los derechos humanos, siendo los más representativos las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que pasaron a militar rápidamente en las filas oficiales.
En el día de ayer, en un nuevo acto de Justicia que enaltece a la Argentina como Nación, el Tribunal Oral Federal Nº1 de San Martín, condenó a prisión perpetua a Luis Abelardo Patti tras evaluar las acusaciones que pesaban en contra del ex intendente de Escobar por delitos lesa humanidad cuando se desempeñaba como oficial de la Policía Bonaerense durante la última dictadura militar.
El dos veces intendente de la localidad de Escobar, recibió así la primera condena en su vida, en particular por la privación ilegal de la libertad y partícipe primario del asesinato del militante de la Juventud Peronista, Gastón Goncalvez, y el secuestro del ex diputado nacional Diego Muñiz Barreto, asesinado luego en un simulacro de accidente.
En el fallo, ejemplar judicialmente hablando, se encuadró a los delitos como de «lesa humanidad» y ordenó revocar beneficios de prisión domiciliaria vigentes para que todos los condenados cumplan sus penas en cárceles comunes, decisión que provocó un cerrado aplauso en la sala de audiencias del auditorio Hugo del Carril en la localidad bonaerense de José León Suárez.
Aunque este avance indudable de la Justicia en nuestro país, también es mirado de reojo por muchos organismos defensores de los Derechos Humanos en el país, que ven con gran preocupación que el gobierno nacional se venga apropiando un discurso que debería ser de todos los argentinos y no de un gobierno o partido político en particular, ya que defender la vida en contra de la muerte, es algo que une a todos los habitantes de este país cualquiera sea su religión, raza o idea política.
Uno de los puntos negativos que supuso esta apertura a los juicios a los represores, fue la cooptación que desde el gobierno nacional se hizo de los dirigentes defensores de los derechos humanos, y se asumiera como propia una política que cuando fueron gobierno en Santa Cruz de 1991 a 2003 no habían asumido en ningún momento, negándose inclusive a recibir a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo durante esos años.
La asunción de Néstor Kirchner al poder el 25 de mayo del 2003, significó que por primera vez se brindara apoyo político desde lo más alto del poder nacional para que los asesinos de más de 30.000 ciudadanos durante los años de terror de la última dictadura militar pudieran ser juzgados y castigados por la Justicia.
Esta política implementada por Néstor Kirchner primero y por Cristina Fernández después, llevó a que todos los asesinos de la última dictadura militar pudieran ser enjuiciados y castigados por la Justicia, rompiendo con la impunidad que les daban las leyes de Obediencia Debida y punto Final. El mayor acto simbólico y que representó un paso adelante en el tema, fue cuando el 24 de marzo de 2004, Kirchner le hizo retirar al jefe del Ejército, teniente general Roberto Bendini, los cuadros de los ex presidentes de facto Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone del Colegio Militar.
Sin dudas un nuevo progreso de la Justicia en nuestro país, que sirve para no olvidar el pasado y tenerlo siempre presente, sabiendo que un país sin justicia es un país que alimenta el olvido, y un país que no recuerdan su pasado vuelve a cometer los mismos errores en el futuro. La Justicia se hizo presente en el día de ayer en el Tribunal Oral Federal Nº1 de San Martín, ojalá que la misma siga inundando en todos los tribunales del país hasta que los asesinos del pasado estén en el lugar donde deben estar, que es en la cárcel.
Fuente: www.agenciacna.com